ACERCA DE LAS CRISIS ECONÓMICAS VI


“Un mundo fragmentado y multipolar,  muy diferente al que surgió durante la guerra fría y totalmente distinto  al que se proyectó a posterior de la caída de Berlín”

ACERCA DE LAS CRISIS ECONÓMICAS VI

Por Eduardo Dalmasso

10 de Julio de 2019

Dinámica del proceso capitalista y el nuevo mundo

De mis observaciones respecto a  la experiencia histórica y  la propia dinámica del capitalismo, surge mi apreciación sobre la necesidad permanente de expansión de los mercados, que mantiene en pie la tasa de beneficio de este tipo de economía. Todo este crecimiento, siempre sostenido en el mantenimiento y la búsqueda de un crecimiento de la demanda efectiva.

Esta dinámica no sólo sucede en el Centro Imperial; sin embargo, sólo es en este donde más ostensible aparece la mecánica del proceso capitalista.  Es en esta encrucijada donde,  proceso, en algún punto  y por distintas razones, comienzan a aparecer otros jugadores de peso y ciertas resistencias de algunos de los países o regiones dominadas, en condiciones de adquirir y desarrollar los conocimientos tecnológicos que resultan necesarios para competir en el mercado mundial.

En general esto sucede por el exceso en los mecanismos y costos de dominación, por las debilidades políticas que surgen  según el patrón de acumulación adoptado, y por excesivo usufructo  de la condición imperial.  

Si indagamos en algunos ejemplos paradigmáticos, podremos encontrar a diversos países, tales como: Alemania, Japón, Corea y, a partir de la ruptura con la concepción Maoísta, el coloso Chino. La configuración del Brics, aún con sus contradicciones y retrocesos, habla de resistencia. En el  caso Ruso, su nivel de potencia de segundo orden, se explica fundamentalmente por la implosión de la URSS y posterior debacle institucional. Sin embargo, por sus fundamentos en materia de Ciencia y tecnología militar, sigue siendo un jugador principal;  su potencialidad quedó demostrada en el conflicto Sirio y en la toma de la península de Crimea.  La India aparece como el siguiente coloso en proceso de expansión, sostenido por la dimensión de su población, la estabilidad política y el propio proceso de desarrollo de las fuerzas productivas. Fuerzas que se caracterizan por poner el énfasis en sector de servicios, y en directa vinculación con su mano de obra calificada. A este cuadro, se agregan  los casos particulares  de Irán y Corea del Norte.

Un mundo fragmentado y multipolar, muy diferente al que surgió durante la guerra fría y totalmente distinto  al que se proyectó a posterior de la caída de Berlín. Dentro de este tablero, Israel aparece como un formidable apéndice de los intereses  de los EEUU.

La economía Mundo

De estos ejemplos, me interesa remarcar  cómo pudieron ser superados sus niveles de dependencia o subdesarrollo relativo inicial, por la voluntad de la transformación política. Transformación que pone en virtud la cultura, la capacidad productiva y la organización política, como mucho menor costo relativo de recursos para la infraestructura bélica. Con estas consideraciones: entramos por completo a la economía Mundo.

Entrar en la economía Mundo, significa considerar un nuevo orden; que si bien es liderado por los EE.UU  ante la implosión de la URSS,  en los hechos, este liderazgo aparece jaqueado por sus contradicciones de intereses, por la existencia de nuevos protagonistas y por la fase en la que se encuentra dentro del desarrollo capitalista.

La gran paradoja de la época, es que el poder atómico sirve para muchas cosas, menos para hacer la guerra. Es por eso que mantener el poder hegemónico hoy, es mucho más costoso en términos políticos y de bienestar, que en la inmediata posguerra.

¿De dónde surge esta apreciación?

El crecimiento brutal de la economía China, la fortaleza tecnológica de Japón, el desarrollo de Corea del Sur con sus efectos en la periferia, el creciente desarrollo (aunque dual) de la India,  la creación del Euro  dentro de un proyecto ambicioso de  unidad  de Europa, más allá de sus contradicciones y dificultades,  reflejan  un mundo distinto al de los primeros 30 años de la posguerra. La crisis del petróleo de los 70´  y la caída del muro, subrepticiamente  significaron un antes y un después. Entonces, podemos dar cuenta de vastas modificaciones: en el conocimiento, el poderío industrial y el desarrollo de los servicios (ya no están solamente en manos de los EEUU).

También ocurrió (según nuestra mirada) el comienzo del desmoronamiento en el centro imperial, la coalición implícita entre el Estado, los sectores del trabajo y el sector empresario, como consecuencia de la  caída de la tasa de ganancia,  los costes relativos como consecuencia de los nuevos precios del petróleo,  la incidencia de la inflación y la  caída de la demanda efectiva,  dentro de un sistema mundo que acelera la fase de cambio tecnológico y que agrava la regresión de los ingresos.

¿Quién es en este juego, el jugador central?

Es correcto todavía hoy, sostener que el poderío del Imperio de Occidente  tiene  la ventaja de estar a la vanguardia del conocimiento científico y tecnológico, que lo proyecta a los cambios surrealistas del Siglo21. Sin embargo, esto acarrea un alto costo en el sistema productivo del Siglo XX, que ya se ha visto jaqueado por la expansión de sus grandes corporaciones en el resto del mundo (especialmente en el sudeste asiático), como consecuencia de la configuración de precios relativos y la necesidad de las mega empresas de este desarrollo, para sostener y/o acrecentar su tasa de ganancias.

Estas variables significaron una fuerte traslación de demanda de mano de obra al resto del mundo, afectando la demanda local y los salarios reales de los trabajadores industriales (estancados desde principios de los 80), y produciendo bolsones de paro, según el sector. Paralelamente, la gran concentración en servicios, determina la imposibilidad de subsanar esos bolsones depresivos, y esta situación se le agrega  que,  como consecuencia de los sucesivos ciclos recesivos, aparece el sistema financiero y la especulación de capital en la bolsa, como movilizadores cada vez más importante de la economía.  

Los grandes volúmenes de ingresos, en conceptos de regalías, dividendos y beneficios financieros (aún hoy fundamentales en el intercambio de servicios), no se vuelcan en la magnitud necesaria al circuito productivo. Entender este proceso, puede ayudar a interpretar la coyuntura revisionista que vive el Imperio, como lo explicitamos en escritos anteriores, más allá de quién  lo represente políticamente.

La especulación financiera

La  especulación financiera, aparece crecientemente como más atractiva. Máxime cuando logra la desregulación total de los flujos financieros por parte del  Estado imperial y de los principales países capitalistas. La desregulación  exacerba el crecimiento desigual, una vez superado la fase de movilización de la demanda emergente por la expansión del crédito, lo que luego  deviene en créditos basura. Esto sucede porque todos los otros factores para sostener el sistema, no fueron suficientes para lograr cerrar el circuito de pagos, en razón que no estuvieron aplicados sobre inversiones que reprodujeran el crecimiento genuino.  En síntesis, de este proceso de liberación anárquica, no sólo se afecta el sistema norteamericano sino el resto del mundo, en razón de las interconexiones que se suscitan a través de las bolsas y los sistemas cibernéticos de transferencia y juegos.


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