MAGNITUD E IMPACTO DE LAS CRISIS FINANCIERAS XI

MAGNITUD E IMPACTO DE LAS CRISIS FINANCIERAS XI

“Los  años previos a los fenómenos de crisis, están estrechamente relacionados con ciclos de auge u optimismo generalizado, adopción de procesos de liberalización y desregularización financiera”

Por Eduardo Dalmasso*

 2008: Flujos Financieros e Impacto en la gobernanza.

De acuerdo con el Banco Internacional de Pagos, sólo el 5% de los flujos de capital que se tranzan el mundo corresponden a actividades productivas; por lo tanto, el 95% responde a flujos de capital especulativo.

Atento lo que nos expresa William Ospina García (Economista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano- Bogotá- Colombia), no deja de sorprender cómo un aumento tan pequeño en las hipotecas de alto riesgo (US$ 34.000 millones, que corresponden al 0.26% del PIB norteamericano)  pudo producir  una perturbación total en el sistema económico y financiero mundial. Parte de la respuesta a esta pregunta, se encuentra en el casi inexistente capital de los agentes financieros para respaldar las operaciones que realizan (con un dólar respaldan US$ 33, como fue el caso de Bear Stearn y  Carlyle CapitalGroup de EEUU). Hay tres factores que se combinan para producir esta realidad: la magnitud del mercado financiero definido en un sentido amplio, que supera varias veces el producto de los países desarrollados; la profunda interconexión de las entidades financieras a nivel global y el grado de opacidad del sistema financiero, que no reconocía parangones en la historia.

El efecto de estos tres factores, fue catastrófico:
  • Pérdidas de activos originados en créditos del sistema financiero de los Estados Unidos, que se estimaron al inicio en un monto superior a  los 2,2 billones de dólares.
  • Impacto en el valor de las acciones  y de las viviendas (luego sí, en recuperación). Situación que no sólo afectó a los EEUU sino a las Economías más importantes, creando además un estado de incertidumbre, que aún hoy caracteriza a los mercados e incide en  las dificultades para salir de la recesión de forma sostenida.  (Machinea José Luis- Secretario de la CEPAL)

Esta realidad, obligó al Gobierno (entre otras acciones) a ir  al rescate de la American International Group (aig) por un monto de 150.000 millones de dólares, para evitar  un problema de solvencia de las entidades financieras, cuyos préstamos cuyos préstamos estaban garantizados por esta compañía a través de derivados financieros. (Cobertura de seguros de riesgo.-CDS)  En este marco, se presentaban alrededor de 450.000 millones de dólares, de los cuales 55.000 eran hipotecas subprime. O sea: se buscaba entonces, tratar de evitar una crisis sistémica y  una posible situación de pánico. En pocas semanas, la información asimétrica dio paso a la incertidumbre total porque, cuando ocurren hechos que cambian radicalmente la situación y destruyen lo que los agentes creían saber, el problema no es sólo que unos están informados y otros no lo están, sino que nadie tiene información.

Nunca hubo un sistema financiero más complejo y más interconectado que el desarrollado en la etapa de la globalización financiera. Diversas estimaciones, aunque imposibles de verificar, planteaban  que a mediados de 2008 la dimensión del mercado de derivados alcanzaba los 500 billones de dólares. Nueve veces el producto mundial,  movilizados a través de operaciones cuya transparencia era cada vez menor.  De esta manera, para el año 2010,  la Banca de Basilea propone una serie de reformas al G20 originadas en la experiencia y magnitud de la crisis al 2008.

Una reseña, acerca de la inestabilidad antes de la crisis del 2008

América Latina (1982): el ciclo económico de los setenta, de abundante liquidez de petrodólares en los mercados de capitales y euforia crediticia, termina con la crisis de la deuda externa en 1982, dando inicio a la “década perdida” de América Latina. Crisis de Balanza de Pagos. 

México (1994-1995): esta crisis surge después de un proceso de liberalización, desregularización financiera y privatización bancaria, incertidumbre sociopolítica, entradas masivas de capitales internacionales, desbordamiento del crédito bancario de alto riesgo, déficit en cuenta corriente, dolarización gradual y revaluación de su moneda. Tiene como resultado una abrupta y cuantiosa fuga de capitales y la flotación del peso mexicano. Esta crisis contagió a América Latina y otras economías. Fue detonante de la crisis argentina de 1995. (Efecto Tequila)

Sudeste Asiático (1997-1998): crisis cambiaria y financiera. Los tigres asiáticos, a diferencia de México, se caracterizaban por tener buen comportamiento macroeconómico de su economía, sin problemas fiscales y montos significativos de reservas internacionales. A este ambiente de auge se sumó un proceso de liberalización y desregulación financiera, y a un importante aumento de las tasas internas de interés, ingreso de grandes sumas de capital internacional. La banca se endeudó en moneda extranjera y prestó en moneda nacional; se otorgaron créditos con bajos requisitos, dirigidos, en especial, hacia inversiones no productivas y de alto riesgo (bienes raíces y acciones); el 58.6% de la deuda externa era de corto plazo. Al final se gestaron burbujas especulativas con aumento excesivo de los valores de los activos bursátiles e inmobiliarios que terminaron en colapso cambiario y bancario. 

• Rusia (1998): en un escenario de reformas y conformación de una economía de mercado, la debilidad de su economía y su sistema bancario fueron presa fácil del efecto contagio de la crisis asiática, del descenso de precios del petróleo y otros productos básicos. Como resultado: fuga de capitales y desplome de las bolsas. Se declara la moratoria de pagos y se devalúa el rublo. 

• Brasil (1999): en su gestación, esta crisis está precedida de una liberalización y desregularización económica y financiera y considerable entrada de capitales extranjeros. A un alto déficit fiscal y descenso de sus reservas internacionales se sumó la fuga de capitales como efecto contagio en manada de la crisis rusa que condujo a un colapso cambiario. 

Turquía (2001): crisis cambiaria. Su situación previa se caracterizaba
por un severo déficit fiscal, ingreso de altos volúmenes de capitales, excesiva deuda externa (90% del PIB en 2001), ingreso de grandes cantidades de capitales externos. Resultado: fuga de capitales, desplome de la bolsa, crisis bancaria y devaluación de la moneda. 

Argentina (2002) Colapso económico, financiero, cambiario, político y social. El proceso de gestación de la crisis argentina, como la mayoría de las crisis cambiarias, estuvo precedida de procesos de liberalización y desregulación del sistema financiero y cuantiosas entradas de capitales internacionales. Un dólar fuerte, devaluación del real brasilero, la caída de los precios de los productos agrícolas y la restricción de fuentes de financiamiento internacional derivadas de la crisis rusa causaron un acelerado y pronunciado déficit de la cuenta corriente y con ella una profunda recesión a partir de 1999 que agravó los problemas fiscales.

En síntesis: “los  años previos a los fenómenos de crisis, están estrechamente relacionados con ciclos de auge u optimismo generalizado, adopción de procesos de liberalización y desregularización financiera, altas tasas de interés que incentivan el ingreso masivo de capitales especulativos de corta permanencia, euforia crediticia de alto riesgo, incremento en precios en activos que generan burbujas especulativas, excesivo endeudamiento externo público y privado, que al llegar al final del ciclo se suman a la fragilidad económica y bancaria de los países y terminan en colapsos cambiarios y/o bancarios”.

Algunas consecuencias dentro del sistema global: como coletazo de esta  profunda crisis, la economía norteamericana se debilita. Su estructura social se resiente en mayor grado que el resto de los países desarrollados, y pone en jaque su primacía, como se pone de manifiesto en los hechos de confrontación con China, aunque no solamente con esta. Un dato  no menor se refiere a que la incidencia en el producto bruto mundial de EUA pasa de participar con  el 20% del total PBI mundial en 1990 a un índice ligeramente menor al 16% en el 2015. (Fuente BM) Tendencia que podría proyectarse en el tiempo, según lo que resulte de la confrontación Chino/norteamericana

Para finalizar, una observación no menor: ante crisis de origen Europeo, el Dólar acrece su valor y que las importantes acreencias de China y Japón juegan a su favor. No obstante, en mi opinión,  la moneda China necesariamente será la tercera moneda de peso, por su importancia en el PB del mundo. Es en mi opinión, sólo un problema de tiempo de maduración del sistema


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