DISPAROS EN LA OSCURIDAD VI
DISPAROS EN LA OSCURIDAD VI
Por Eduardo Dalmasso*
18-05-2020
¡Las voces del campo que están faltando!
(Entre mate y mate)
José: - Amigos, los convoqué por lo que representamos en
distintas organizaciones agropecuarias, y porque estoy muy preocupado por la
situación social de la Argentina. Lo que veo es terrible, y no puedo dejar de
pensar si no tenemos alguna responsabilidad en lo que sucede. Pregunto:
¿tenemos?
Daniel (de Pergamino), responde: (un
poco irritado mira a sus contertulios) - ¿Nosotros, responsabilidad, José? No
comparto lo que sugieres. Constituimos el sector de mayor dinámica de la
economía; piensa que en la década del noventa, con precios bajísimos,
desarrollamos una revolución productiva que llevó lo obtenido por el campo como conjunto, de 40.000.000 de toneladas en
la campaña 93/94 a 124,3 millones de toneladas en la campaña
2014/2015. Además, en el mismo período, de 19,6 millones de hectáreas
trabajadas, se pasó a 38,1 millones y
rendimientos superiores en un 65 % a los del período base. (Nicolás Arceo-
Realidad Económica 305- 2016) Es verdad. Sin regulaciones ecológicas que nos
limitaran. Y no hace falta que les
explique a ustedes que esto no es sólo
por la feracidad de las tierras, sino
que es porque cambiamos los modelos de producción, de actitud cultural e
incorporamos nuevas tecnologías, invirtiendo en ese proceso, gran parte de las
utilidades. En realidad, poca gente se ha dado cuenta que hemos transformado el
campo en un cúmulo de Industrias súper modernas.
(Los otros comensales, en realidad los tres restantes asintieron
con la cabeza, al mismo tiempo que Daniel
señaló que el campo fue el motor
de la recuperación de la economía luego de la brutal crisis del 2001. Y que
hoy, a pesar de la baja de precios internacionales, sigue sosteniendo los
niveles de producción, si bien en la
actualidad con crecientes dudas).
José (de Casilda), dice: - Está
bien, no discrepo con ustedes, pero quisiera acotar que no realizamos el nivel
de inversiones necesarias para proporcionar mayor valor agregado a la
producción, y que nuestras inversiones en una buena parte fueron al sector
inmobiliario, con nula capacidad reproductiva para el desarrollo del capital.
Esto sin hablar de que quizás, muchos emigraron parte de sus ganancias por
fuera del circuito económico del país.
¿O no es así muchachos?
Jorge (de Nogoyá; el más
observador y reservado), musitó: - Creo es así, pero cómo vamos a creer en
un Estado en el que a los gobernantes la productividad del sistema nada les
importa, y que las leyes promulgadas se cambian con una facilidad pasmosa.
Sólo miran las próximas elecciones, y al
menos yo, en los últimos 30 años, nunca he observado que se enuncie un plan de
desarrollo consistente, en donde se privilegie la inversión.
Y no sólo eso, por las razones que sean, endeudan el Estado y
pagan intereses exorbitantes, para luego caer en default o renegociar la deuda
en condiciones de debilidad; sin hablar de que nuestro Estado no tiene moneda. ¿O
no es así?
José (se ríe), les
dice: - sabía que me iban a contestar algo parecido. Pero entonces les
pregunto: ¿cómo nos identifica la mayor parte de la sociedad? En mi opinión, nos identifica como un sector
privilegiado, que sólo piensa en sus propios intereses, y que aparecemos como
que todo lo demás no nos importa nada y que sólo protestamos por el nivel de
retenciones. O sea, a la defensiva, ¿no?
Y de paso, el nuevo endeudamiento viene desde la estatización de
los fondos de pensión, pero luego se tornó inmanejable con los créditos
externos. Por suerte el FMI nos salvó de una situación de desastre. Y ahora,
pareciera se entiende que es imposible crecer, si el nivel de deuda y los
costos financieros nos ahogan.
Nelio (Jesús María), sale al cruce comentando: - Nosotros estábamos con ese Gobierno, porque nos redujo las
retenciones, que bien lo necesitábamos (Arceo), y no presentaba un discurso autoritario, aunque
a la luz de las consecuencias, reconozco que su equipo de financistas, era
quizás un buen equipo para Nueva York. Una
pena por los otros dirigentes, aunque
reconozcamos que cualquier acción se enfrentaba a una constelación de intereses
que le cercenaban su débil poder político.
Unos son autoritarios, y otros no conocen la realidad del país.
Evidentemente, tenemos un problema de cuadros dirigentes. Bueno, no todos; de
uno y otro lado. Pero en la manera en que tergiversan sus enunciados, y en la
campaña prometen de todo indiscriminadamente, ¿qué podemos creer?
Jorge, (reaparece)
de
forma tajante expresa: - Estoy de acuerdo con Daniel, y de alguna
manera con Nelio. El tema es que cuando tuvimos un mercado mundial receptivo y
con precios increíbles, no se tradujo en el nivel de inversiones que este país
requiere, y en el 2010 aparece lo que los especialistas en sistemas complejos
conocen muy bien. Me refiero a los límites del crecimiento. Por eso pasamos de
tasa chinas, al estancamiento. (Agrega) Pensemos que en esos años de
crecimiento, se recuperó el empleo; pero miren los números de Orlando Ferreres:
mientras la población aumentó en un 18,7 % entre el 2003 y el 2018, el empleo
público se incrementó en un 73 %; lo que quiere decir que sin el empleo
público, la desocupación hubiera rondado cerca de un 20% (La Nación- 22 de abril de 2020). De todo
esto deduzco, que los proyectos productivos no existieron en la magnitud
necesaria. Por otra parte, si bien la negociación de la deuda fue exitosa, las
tasas de inversión en relación al PBI, no sólo fueron menores a la magnitud
necesaria para garantizar el crecimiento
de la economía a mediano y largo plazo, sino que su composición en gran parte
se destinó a objetivos inmobiliarios. Así, se restó sustentabilidad a un
proceso de crecimiento que estaba basado en la demanda. Perdimos la autonomía
energética y la dependencia de divisas
de un sector industrial muy concentrado, no fue abordada. Tampoco hubo una
reforma fiscal que incentive la producción, así mismo, otras políticas
equivocadas repercutieron en la pérdida del stock ganadero. En definitiva, si
la población crece y no hay inversión reproductiva suficiente,
¿qué otro resultado que el aumento de la pobreza? O sea, con lo nuestro no
alcanza.
Daniel, agrega: - Exacto Jorge. Y la insuficiencia en el
nivel de inversiones en infraestructura energética, en ferrocarriles y obras
portuarias y comunicaciones, hizo
imposible que el Gobierno siguiera sosteniendo un gasto que incide como factor
de demanda en las importaciones, y que por lo tanto, agravó el déficit cambiario; y, producto de ello, se
generó la paralización. Al aplicar los
excedentes de comercio exterior de los primeros años al gasto corriente (consumo,
empleos , subsidios), se dejaron de aplicar en proyectos que permitieran el
crecimiento de la economía. Por supuesto, cuando el superávit fiscal pasó a ser
deficitario, todo se complicó. El gasto improductivo, sólo exacerba a más gasto
improductivo. Por eso me referí a los límites al crecimiento.
José (los
mira con cierta sorna), y
expresa: Y encima, por desgracia para la democracia, tuvimos que salir a
los caminos por la Resolución 125; que
dicho sea de paso, por la forma que se quiso imponer, no pudimos ver que era
bastante racional para un país predecible, aunque irracional para nuestra fluctuante realidad.
En verdad, el gobierno nos puso en la vereda de enfrente, por sus necesidades financieras.
Nada le era suficiente, por todo lo que ustedes han expresado. Pero esto
refuerza lo que les dije al inicio. Sólo actuamos como gremio corporativo, y
muchas veces apoyamos políticas económicas que terminan perjudicando al
conjunto, e incluso a nosotros, por sus consecuencias. ¿Cuándo nos daremos
cuenta de lo funesto de este comportamiento? Somos los empresarios más ligados
a un proyecto de país y, sin embargo, en razón de nuestra ideología, recibimos el mote de
oligarcas e incluso apátridas, cuando
los cuatro que estamos acá, venimos todos de abuelos y bisabuelos que
nos enseñaron la importancia del trabajo, del ahorro y del hacer cosas. Quiero
decir, nos legaron la ambición y el deseo de hacer. ¡De no quedarnos quietos! Y
esto afecta a todo el espectro productivo, no sólo a nosotros; miremos con
orgullo los desarrollo de cultivos regionales, caso las vides en Cuyo, no
hablemos sólo de cereales y ganado.
¿Y si pensáramos distinto?
José concluye, preguntando: ¿Entienden
ahora para qué los convoqué?
(Los otros tres, lo miran sin seguridad sobre qué decir, salvo
Nelio)
Nelio, re-preguntó: - ¿Porque tanta insistencia en
que actuamos como un gremio corporativo más?
José (se
sonríe), les dice: -
Todos nosotros somos industriales del campo, trabajamos muchísimas hectáreas,
tenemos maquinarias, contratamos camiones, pagamos los herbicidas, contratamos
mano de obra, compramos en Argentina todo lo posible, vivimos en ciudades del
interior o pueblos, hablamos de Argentina como algo muy nuestro; pero esa
ideología neoliberal, a la cual nos prendemos cada vez que nos resulta posible,
nos saca de la realidad, y sin embargo no tenemos ningún peso en el concierto
político, ¿se imaginan por qué?
Nelio: - Bueno no somos políticos, somos
productores, y de ahí partimos.
José: - Claro que partimos de
ahí, pero sólo apostamos a planes económicos que nos enfrentan con el conjunto
de la sociedad, y vamos como furgón de cola de las decisiones políticas que, en
definitiva, inciden en nosotros, y por
supuesto en el conjunto. Hoy con el
Coronavirus, la pobreza podría sobrepasar el 40% de la población. ¿Ustedes se
dan cuenta de la aberración de lo que eso significa?
Jorge: - Sí claro, pero nosotros no somos los responsables
por una dirigencia que nos ha llevado a esta situación. Recuerda José, que van
37 años de democracia, eso sí, con hiperinflación, default, crisis económicas,
pérdida de calidad de la escuela pública, concentración irracional de población
en el conurbano bonaerense, y otras calamidades semejantes.
José: - Bueno, por eso que has dicho tenemos que
reaccionar; es hora que pensemos no como corporación, sino como parte de un
tejido social que nos puede devorar. ¿Entienden? Creo en la democracia, creo en
la división de poderes, creo en que la justicia debiera ser independiente, por
supuesto, y no se rían, ya sé que si funcionaran, no tendríamos el cuadro que
hemos descripto. Lo que quiero decir, es que las instituciones se pueden
mejorar, en la medida que generemos nuevos liderazgos, y para eso necesitamos
desarrollar un plan económico social, que comprenda al conjunto de la sociedad.
No quiero, y creo ustedes tampoco,
autoritarismos sin idea de lo que es un plan económico sustentable.
Nelio: - ¿Acaso propones que nos comprometamos y
financiemos un plan integral de
desarrollo? Si bien es posible, debo señalar
dos cosas: con qué apoyo político y qué pasará con las multinacionales,
tan ligadas a los intereses externos.
José (carraspea
para responder): - Apoyo político de la dirigencia, en
principio, ninguno; es más, van a
desconfiar de las multinacionales, siempre ligadas a intereses foráneos. Pero
tengamos en cuenta que ellos no son argentinos, ellos no tienen proyecciones de
hijos y familias. Pero atiéndanme bien,
y les ruego que no se rían: Les propongo que dialoguemos con la dirigencia
obrera de la industria y servicios, que estoy seguro, han tomado absoluta
conciencia de que las políticas implementadas en el país, se han hecho también
a costa de ellos. ¿O ustedes no se dan cuenta que el esquilmar la caja de
jubilaciones, el sostenimiento de un sistema exorbitante de subsidios
visibles y no visible (como el caso del
empleo público y jubilaciones desfinanciadas
por políticas económicas
incorrectas), caen también sobre sus
espaldas y, lo peor, sin proyección de trabajo futuro, salvo en los de
tecnología avanzada?
Jorge (salta): - Pero
José, si siempre hemos pensado que sólo piensan en sus intereses de corto
plazo, y en algunos casos con más mentalidad mezquina que la nuestra. ¿Vos
crees que esos personajes van a aceptar dialogar con nosotros? ¡Imposible! ¿Y
por qué no hablar con los sectores de industrias eficientes, que no se
constituyen en una rémora, que las hay, y sufren igual que nosotros?
José: - Por lo que expresó Nelio, necesitamos
apoyo político para impulsar otras condiciones, y eso no lo vamos a lograr como
empresariado en su conjunto, vamos a ser atacados de inmediato. Pero si
lográramos acordar con la dirigencia de los trabajadores que hacen a la
producción y servicios, o al menos conversar en otros términos, estoy seguro
que el sector empresario, que no necesita subsidios eternos del Estado, se
plegará a este revolucionario proyecto.
Daniel: - No creo mucho en esto, aparte de la
dificultad de convencer a los nuestros, ¿no? Pero si lo intentamos y nos niegan
el derecho de compartir un proyecto, ¿Cómo quedamos?
José: - Creo
que quedaríamos como que lo intentamos y no tuvimos éxito. Pero sería un
proyecto de la burguesía nacional, de la que tanto se habla pero que siempre
nos ignora, en parte por culpa nuestra, pero de la cual deberíamos ser uno de
los sectores más genuinos. Por otra parte, ya no sería nuestra responsabilidad
si lo intentáramos. Pero ese no es el punto. El punto es el futuro, no hace
falta que les diga en lo que podemos caer. Les pido que lo piensen, por favor.
Hay demasiada miseria e irracionalidad en nuestra historia reciente.
*Dr. En Ciencia Política
(UNC-CEA) Ensayista y Educador. Su último libro, 1918 Raíces y valores del
movimiento reformista. Editor del Blog: Ideas Políticas y otros enfoques.
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