SOBRE LA REALIDAD POLÍTICA DE ARGENTINA DOCE PONENCIAS PARA EL DEBATE
SOBRE LA REALIDAD POLÍTICA DE ARGENTINA DOCE
PONENCIAS PARA EL DEBATE
Un conjunto de ideas que avivan la discusión al conmemorarse los 39 años
de democracia.
13 diciembre, 2022
Por
Eduardo Dalmasso (*)
1.-
Tenemos un problema con nuestra clase dirigente.
2.-
Creo que el impacto de recatar la democracia como superación del Estado
dictatorial, no solo confundió su significado, sino que puso una venda sobre la
devenida
realidad:
«se pensó que con el sólo hecho de liberarnos de la opresión podíamos repetir
políticas económicas, que ya venían planteando fracasos dentro de un modelo de
sustitución con claros signos de agotamiento, además de una realidad que había
cambiado hacia una mayor complejidad, justamente como resultado de las
políticas hibridas de los militares»
3.-
Las democracias se nutre de la participación y calidad de sus representantes.
Cuando la calidad de la representación es pobre, la democracia sufre. “El
pueblo gobierna a través de sus representantes”. No es fácil encontrar las
causas de esa creciente pobreza, pero podemos pensar a título de hipótesis en
las luchas fratricidas, en el fracaso de la Universidad y la carencia de una
sólida burguesía nacional.
4.-
Hoy las redes dejan en tiempo infinitesimal al descubierto las debilidades y
contradicciones de los dirigentes. Especialmente los políticos. Esto los expone
en su condición humana y en sus flaquezas sin piedad; y la dirigencia política
no ha tomado debida nota o no le importa.
5.-
Casi 40 años de decadencia dentro del sistema democrático hace imposible
argumentar excusas ante la sociedad, salvo a los fanáticos de cualquier bando.
La gente está harta de los políticos que emergieron post dictadura; un claro
indicador de que no están a la altura de las circunstancias y se visualiza
claramente en el sistema educativo.
6.-
Los sistemas productivos en función de las tecnologías y el conocimiento
científico están creando un mundo absolutamente diferente respecto del
instaurado en el siglo XX. El problema estriba en que los
discursos de gran parte
de la clase dirigente sigue dirigiéndose
como si el mundo no hubiera cambiado. Su concepción de la
realidad soslaya la importancia de las instituciones democráticas y no atiende
a los cambios en el desarrollo del capital
7.- La baja tasa de ahorro formal, y por ende la baja tasa de inversión ligada a los costos financieros de la deuda externa e interna, más la propia amortización y la evasión de capitales no permite ser optimista. El capitalismo requiere de confianza y estabilidad en las leyes que rigen la vida social. Esa falta de confianza contribuye a una mayor desigualdad y frustra las esperanzas de las jóvenes generaciones
8.-
Lo descripto respecto a las pocas posibilidades de crecimiento real, nos
plantea como utopía pensar en qué los ingresos crezcan y se distribuyan de
forma razonable a través del empleo Es utópico porque las
reiteradas experiencias vienen cayendo en el fracaso, en un caso: por no
reconocer los requerimientos de una economía capitalista en dónde la confianza
es el mayor valor social y por el otro una visión financiera alejada de la
realidad estructural del país en su conjunto. Las alternancias muestran
discursos incompatibles en la conducción del Estado. Sin principios comunes y
operativos, la decadencia es su consecuencia. La sociedad
argentina no converge en un discurso hegemónico y esto produce un estado de
anarquía que se asemeja a una gangrena.
9.- Los ensayos neoliberales y el predominio de un discurso populista nos han llevado por un lado a problemas de desocupación estructural; y por el otro a conformar un Estado corporativo, en el que se supone está la fuente de todas las soluciones. Esto nos condujo a crear un monstruo que otorga mucho poder político sin capacidad de alterar un camino que nos lleva al atraso como sociedad. Los intereses corporativos predominan en detrimento del interés general. Los Gobiernos tercian, pero no reconducen los problemas centrales de la economía. Esto implica que cada corporación traduce sus intereses como si fueran de interés general.
10.-
Empresas protegidas desde hace años, sectores de muy baja productividad,
Oligopolios que usufructúan precios propios de ese modelo de oferta, el sistema
judicial con sus prerrogativas, los sindicatos de la educación imponiendo sus
criterios respecto a políticas de Estado en un tema fundamental
para la equidad social y el progreso. Los camioneros definiendo las
políticas de transporte y de comunicación. Vale decir cada corporación pelea
por sus fueros con la consecuencia de dejar de lado el interés general. Otro
ejemplo: el subsidio a los transportes en donde algunas provincias se
benefician en detrimento de otras. Sistemas absurdos como el que impera a favor
de las empresas en Tierra del Fuego. El derecho de las provincias mineras
opuestas a los derechos de la pampa gringa. Si un gobierno deja que el
sindicato de Aerolíneas fije las políticas de transporte aéreo, difícil que el
interés general sea contemplado. Las regulaciones arancelarias son un
muestrario de las distintas influencias de las corporaciones
en las decisiones de los gobernantes. Ni que hablar de la
presión del conurbano bonaerense, en los modos de hacer política o de otras
corporaciones interfiriendo el sistema de justicia. “Todos aducen el
interés general”
11.-
La productividad como base del sistema económico ha desaparecido de los
discursos. Es obvio que sin productividad creciente la competitividad se
deteriora y eso acarrea menos empleo y modernización del sistema productivo.
Los partidos populistas se recuestan en Perón soslayando que su política
económica en su segundo período respondió a pautas de racionalidad económica en
busca de una mayor productividad de la estructura económica. Es más, buscando
inversiones extranjeras para superar el déficit de ahorro interno. Perón cuando
hablaba de justicia social hablaba de empleo, de trabajo, no de subsidios.
Los
neoliberales tomando ideas de realidades absolutamente diferentes respecto al
contexto socioeconómico de Argentina y peor cuando predominan las visiones
financieras sesgadas además por el centralismo de los intereses de Bs. As.
Dejan de lado que los países más avanzados pusieron el centro en la
modernización de sus estructuras productivas sin abandonar a aquellas que
definieron como fundamentales para superar sus cíclicas crisis. En
general adolecen de una mirada integral del país.
12.-
Puntos críticos.
·
Incremento
permanente del gasto sin financiamiento genuino.
·
40
% de la población en la línea de pobreza. Esta incluye un 20 % de
extrema precariedad.
·
Costo
de las deudas internas y externas
·
Problema
permanente con la dimensión de la deuda pública y su amortización.
·
Ausencia
del discurso de productividad y modernización
·
Baja
apertura al mundo, lo que sesga el aparato productivo hacia un modelo
restrictivo para la expansión de su economía, con graves consecuencias en el
empleo.
·
Nulo
crecimiento del empleo genuino dentro del sistema formal
·
Sistema
Educativo poco acorde a la evolución de las tecnologías productivas y bajo
alcance en sus objetivos básicos pero fundamentales. (comprensión de textos y
cálculo)
·
Creciente
contradicción entre los intereses políticos del conurbano bonaerense con los
intereses del interior.
·
La
carencia de un discurso político abarcador e inclusivo en los sectores que
hacen a la propiedad agropecuaria debilita la conformación y el
papel de nuestra burguesía dentro del sistema capitalista.
En
conclusión:
Lo
enunciado en mi concepto responde a una crisis de hegemonía,
situación que condujo a la anarquía y la pérdida de
valores fundamentales para el funcionamiento del sistema democrático. Crisis de
hegemonía significa, la falta de un discurso o principios comunes al conjunto
de la sociedad. Argentina, no ha logrado conformar una burguesía
independiente y significativa que pudiera
afianzar la existencia de un estado menos
arbitrario.
De
la experiencia pública surge:
A.- Falta de probidad para gestionar y miradas centradas en el corto plazo.
B.-
Corrupción sostenida y nulos ejemplos de valores republicanos
C.-
Imagen negativa respecto al Sistema de Justicia.
Hasta el presente una muy baja capacidad de aprendizaje en la clase dirigente. Sus manifestaciones privadas en un gran número, (hoy todas públicas) reflejan poco afecto por la sobriedad y el respeto a las instituciones. Algunos creen estar por encima de la ley por su poder político. Todo se trasunta en la pérdida de los valores republicanos.
(*) Dr. en Ciencia Política. Educador especializado
en el desarrollo personal (Liderazgo) y en el análisis estratégico.
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