Presente y Pasado: "Del gobierno de Cámpora al Golpe de Estado" - 2° Parte

 



Continúo con la edición de la 2da nota de una serie, que he titulado “Presente y Pasado: "Del Gobierno de Cámpora al Golpe de Estado - 1° parte".


El regreso de Perón.

La renuncia de Cámpora deja en claro tres aspectos fundamentales: el primero el desacuerdo del Líder con la manifiesta inclinación del presidente por el ala izquierda. Lo segundo, su propia aspiración a ser reivindicado como presidente de la república. Lo tercero, su comprensión de la necesidad de un Gobierno de unidad nacional. Lo que posiblemente no mide Perón, las escasas fuerzas que su salud le permite, y si la evalúa, otras consideraciones son más fuertes. Un tema no menor, es qué los distintos factores de poder coinciden que el único que puede ordenar el caos político reinante es “el viejo líder” y esto incluye a dirigentes de otros partidos. No toda la responsabilidad es solamente propia.

Perón presidente

En las elecciones del 23 de septiembre Perón ganó con el 62 % de los votos contra el candidato radical Ricardo Balbín. Se convierte en presidente por tercera vez el 12 de octubre de 1973 con su esposa María Estela Martínez de Perón como vicepresidenta. Perón asume su tercera presidencia en una situación internacional muy complicada.  En ese momento, sólo Argentina tiene un gobierno elegido democráticamente en el Cono Sur, mientras que Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay están bajo dictaduras militares apoyadas por Estados Unidos, dentro del marco más amplio de la Guerra Fría. Poco antes, el 23 de agosto de 1973, había comenzado a nivel mundial la crisis del petróleo, que cambió completamente las condiciones en las que el capitalismo y el estado de bienestar se venían desarrollando desde la posguerra mundial.

En un giro poético, Joseph Page,(1983) describe la realidad del “viejo líder”: en la media luz de las horas del alba de su tercera presidencia. Juan Perón confrontaba el dilema de tener que dar cumplimiento a las expectativas contradictorias de millones de votantes. Para ellos, su restauración en el poder era un triunfo de la fe, alimentada con la esperanza cifrada en un hombre anciano y enfermo que había estado ausente del país durante 18 años y quien, según muchos, podría resolver los problemas de la nación; una demostración, en suma, de que los argentinos tienen la capacidad de creer en milagros”.

La deriva de la juventud revolucionaria.

El presidente interino Raul Lastiri, quien es el encargado de llamar a elecciones, dentro sus primeras medidas de Gobierno, la aceptación de las renuncias del ministro Righi y del de Relaciones exteriores Puig y reemplazarlos, por peronistas de la primera hora. O sea, Perón, en ejercicio de su poder político.

Contradanzas

Dos días después de la elección la euforia peronista, se ve frente al inicio de una fractura terminal. Un hombre de plena confianza de Perón, secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, es asesinado.

Dardo Cabo un dirigente de la izquierda, plantea la necesidad de no escindirse del movimiento: en su editorial del “El Descamisado”, insiste en que efectivamente, eran los deseos de los argentinos y no las maniobras de los burócratas de la CGT, lo que empujaba a Perón hacia la presidencia.

Joseph Page, relata que el 21 de julio, 30.000 manifestantes disciplinados frente a la casa del líder, cantaron los característicos slogans revolucionarios, suplantando aquél que nombraba a la patria socialista, por otro que decía, “el socialismo nacional, como quiere el general”

Se logra una reunión trascendente. Sin embargo, el hombre designado para mantener contacto, es el secretario privado y ministro de bienestar social, José Lopez Rega, quién no solo desconoce a la juventud peronista revolucionaria, sino que inmediatamente pone en desarrollo una juventud peronista de derecha.

El 13 de marzo del 74, la izquierda peronista se congrega en el estadio de Atlanta. Allí, la conducción nacional de Montoneros se refiere en duros términos al gobierno -acusándolo de “traición”- y convoca a sus militantes a romper lo que llaman “el cerco” alrededor del líder para encontrarse cara a cara con Perón en la Plaza el 1° de Mayo. “Una apelación mítica al 17 de octubre”

Sin encuadrarse en la verticalidad la apelación es inocua y los deja en soledad. La resistencia de Montoneros, se origina en su convicción que ellos habían sido un factor fundamental para la victoria. Su práctica de hecho, fortalece al ala derecha del peronismo.

¡El 1ro de mayo, Perón los desautoriza y los increpa! El 25 de mayo de 1974, Perón decreta la disolución de la rama juvenil del PJ. Una profunda herida quedará expuesta.

*Eduardo Dalmasso - Dr. en Ciencia Política.

N. de R: En la próxima edición, la 3° parte de este artículo.

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