Búsqueda de la Verdad
Debido al cumplimiento de los 40 años desde el inicio del último golpe de Estado en nuestro país, pongo a disposición un trabajo de alumnos del seminario de la cátedra "Liderazgo y Estrategia", cuyo titular y guía soy yo. Continúa con la reflexión propuesta por parte del blog de analizar las raíces de nuestra cultura.
“LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD, DENTRO DE LA DINÁMICA DE LA REALIDAD, PROPIA Y DEL CONTEXTO”
INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo tiene como objetivo comprender, integrar y aplicar los conceptos abordados en la Unidad llamada: “LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD, DENTRO DE LA DINÁMICA DE LA REALIDAD, PROPIA Y DEL CONTEXTO” de la cátedra Liderazgo y Estrategia dictada en la Facultad de Ciencias Económicas.
Para el desarrollo del mismo se han elegido dos textos referentes al Proceso Militar contrapuestos por sus valores, modelos mentales y percepciones. Ambos hacen referencia al juicio de 30 imputados por Delitos de Lesa Humanidad por los hechos acontecidos en la Unidad Penitenciaria 1 de la cárcel de San Martín en la ciudad de Córdoba, conocida como UP1, que derivaron en fusilamientos de presos políticos entre marzo y octubre de 1976.
A partir de tales análisis, intentaremos realizar una síntesis de los conceptos, aprendizajes y reflexiones adquiridas durante la realización del mismo en lo referente al Proceso Militar.
TEXTOS ELEGIDOS:
· Alegato del Dr. Vaca Narvaja (abogado querellante) en el cierre del mencionado juicio.
http://www.eldiariodeljuicio.com.ar/?q=content/alegato-del-dr-vaca-narvaja
· Informe periodístico que contiene fragmentos de los alegatos de los abogados defensores de dos de los imputados en el juicio.
http://www.cij.gov.ar/nota-5689-Comenzaron-los-alegatos-de-las-defensas-en-el-juicio-a-Videla.html
ANÁLISIS
Tomando los aportes de Levy[1] es que podemos pensar que en el escenario del juicio se exponen claramente dos estrategias en pugna. En este caso podemos ver los alegatos de las defensas de algunos de los imputados en el juicio, en uno de los textos seleccionados y en contraposición el alegato del abogado querellante, en el otro. Ambas partes elaboraron estrategias acordes a la postura apelando a la percepción, comprensión y razonamiento de quienes tienen la facultad de decidir sobre el futuro de los acusados. De manera que cada una de las partes hace de su estrategia una teoría respecto a lo sucedido, donde la incertidumbre es característica esencial. Esto es así dado que trabajan sobre una base de supuestos y posibilidades, no de probabilidades. Ahora bien, la calidad de cada estrategia dependerá del abanico de posibilidades de escenarios que sean capaces de imaginar. El autor plantea mínimamente tres: el peor, el mejor y el más probable. En el caso de quienes defienden a los militares podemos decir que el mejor de los escenarios sería la absolución de los imputados, el peor la cadena perpetua o el más probable que sería la negociación de la disminución de la pena. Cuando cambiamos de perspectiva vemos que lo que para los militares constituye el peor de los escenarios es el motivo de lucha de las víctimas.
Las estrategias entonces parten de una “cognición de lo real” que amerita amplias discusiones sobre la realidad en sus dimensiones ontológica, epistemológica y metodológica, que a su vez, implican dimensiones éticas y políticas propias del contexto de producción. De manera que la ciencia positivista se encargó de plantear una distinción entre el mundo subjetivo y el mundo real, entendiendo que el conocimiento es verdadero y objetivo cuando es comprobable en una realidad externa al sujeto. Este es un argumento del que se valen los defensores de los militares al principio de la nota, donde utilizando los recursos de la ciencia intentan legitimar su posición. También es visible esto en la exposición[2]: “¿Alguien vio una cicatriz, alguien vio una lastimadura que avale lo que los testigos dicen? Pude encontrar una sola prueba que dio por tierra con esa versión objetiva que aparecía”. Buscando datos objetivos a los ojos de todos y menoscabando el padecimiento singular de las víctimas.
Ahora, quizás la discusión que amerita es: ¿Por qué frente a los mismos acontecimientos ocurridos, los actores intervinientes construyen diferentes realidades del mismo? Una posible explicación de ello podría surgir del aporte que realiza el constructivismo respecto de la realidad. Este enfoque propone poner el acento en quien observa esa realidad y da cuenta de ella. Tomando los aportes de Alonso Puig[3] es que podemos decir que ambas posturas son igualmente válidas porque la perspectiva desde la que miran es diferente, y es esta última la que determina lo que se ve. Es así que quienes defienden a los militares se encuentran fuertemente influidos por una historia y una identidad común previamente forjada al igual que las víctimas. Hay experiencias significadas de ambas partes que constituyen la piedra sobre la cual elaboran sus estrategias de acción. Estas experiencias anteriores forman filtros que constituyen los límites de nuestra percepción. Los filtros son modelos mentales, es decir las lentes con las que miramos y nos orientamos en el mundo. Estos se construyen mediante la percepción subjetiva que cada uno hace de la información proveniente de nuestros sentidos y del conocimiento en general. Luego la mente construye una representación en función de un contenido referencial y le atribuye un significado lingüístico. Así se construye un discurso coherente y singular donde interviene el razonamiento que formula una conclusión, la cual puede sostener el modelo existente o modificarlo. Es así que los acusados entendían a los presos políticos como personas verdaderamente peligrosas (subversivos) para el sistema instaurado no solo por lo que pensaban, sino por lo que hacían. Por lo que las personas detenidas en la UP1 eran finamente seleccionadas, pertenecían a diversos sectores sociales, a organizaciones legales, sindicatos y centros de estudiantes, o acaso eran personas sin militancia, pero con “sensibilidad social”. A su vez para las víctimas y hoy para la sociedad en su conjunto los militares de aquel momento son genocidas, personas penalmente responsables de haber cometido crímenes de lesa humanidad.
En función de cómo se van desarrollando los juicios de lesa humanidad, ambas estrategias se van modificando y haciendo más flexibles para la adaptación al medio, que es dinámico y cambiante. Es por ello que decimos que las estrategias de acción son situadas, se dan en un contexto socio-histórico concreto y que implica reflexión en la acción, donde los supuestos que la originaron necesitan ser sometidos inductivamente a ajustes, correcciones y mejoras constantes. Es decir, desarrollar un aprendizaje continuo que le permita la adecuación.
Según el autor Jorge Luis González[4] “los valores aparecen como tales cuando son percibidos por el corazón humano”. En los textos podemos encontrar distintas percepciones desde cada persona que los enuncia. En el extracto de los alegatos de la defensa de Cano y Huber, se intenta reclamar el valor de la Justicia. Éste es apreciado a su favor en búsqueda de pruebas gruesas estimadas como tales, más que por la sensibilidad humana o intuición. Se intenta separar al Juez de la conexión intrínseca de su corazón con la causa. Se puede ver cómo el abogado defensor hace énfasis en la realidad subjetiva de testimonios sobre el hecho objetivo de los conflictos (incongruencia de argumentaciones y fundamentos vengativos), traídos desde los mismos fundamentos de valores y deberes éticos de los involucrados. La conciencia auto reflexiva, que les permite discernir qué es lo mejor para el acusado, permite creer que existen hechos que no existieron y en que no tomaron parte. Así en aquel momento, en algún nivel, su conducta se percibe como apropiada y bien intencionada. Ya Videla[5] en 1977 decía “(...) consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también el que en el plano de las ideas quiere cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir subvierten valores, cambian, trastocan valores (…)”. Podemos inferir mediante sus palabras que la lucha se da en la dispersión cognitiva de modelos mentales existentes en la sociedad de aquel entonces, de manera que los militares por medio de la fuerza intentaron la construcción de un dominio consensual. Es en estos modelos mentales que se construía y reproducía una representación social del terrorista/subversivo no sólo por matar con un arma o colocar una bomba sino también por activar a través de ideas contrarias a una civilización occidental concebida y cristiana. Eso deja entrever cómo legitiman su accionar y generan aliados como la Iglesia católica y la justicia (instituciones de poder) en esta “lucha contra el mal”. Además intenta justificar la crueldad de las torturas como parte del “marco de la naturaleza de la guerra”. En palabras del General Fernández Torres[6] “la guerra es un arte, y quienes participan en ella son artistas”. Otra de las teorías que justifica el golpe de estado es que si no hubiera habido guerrilla no habrían tenido que intervenir y llevar adelante el Proceso de Reorganización Nacional.
En los extractos del alegato del Dr. Vaca Narvaja6 podemos notar un mapa de la realidad bastante distinto, donde acusados pasan a ser nominados como “genocidas”. Alcanzamos a leer una sucesión de hechos aterradores con una gran interacción entre los distintos actores, y las respuestas de cada uno de ellos desde la percepción de la realidad del escritor defensor. El ambiente y el contexto parecieran cambiar y producir resultados terribles.
Los acusados tenían un predominio a la sobrevivencia de los valores nacionalistas, donde se diagrama un manual de acción basado en el factor miedo para instaurar el terror y así lograr la dominación. El uso del magisterio como autoridad en este sistema, impone y logra que pasen por encima de la propia libertad y sean sometidos a las decisiones ajenas por las aspiraciones de los actores. De esta forma se imprime una cierta incongruencia, ya que existe una independencia para emitir juicios frente a la situación del país y tomar decisiones que exceden la libertad del ciudadano de elegir el gobierno, donde se aparenta buscar la unidad interna y el bienestar para crear congruencia con sus decisiones.
El valor de la sobrevivencia frente a las torturas nos trae a la vista un retroceso en los valores éticos para la época. Se describe como irresponsable por parte de los golpistas la necesidad de aceptar órdenes, sacrificarse y someterse a la voluntad de sus jefes. El valor de la justicia se muestra aliado al gobierno de facto, por lo que hace que subsistan estructuras de democracia de inteligencia militar y política. Se instaló el “algo habrán hecho” o “por algo habrá sido” para justificar el accionar de la represión. Así vale la pena aclarar que la jerarquía de valores está esencialmente influenciada por una gran ambición de poder, dominada por las circunstancias y percepciones de la situación.
Como menciona Eduardo Dalmasso[7], “una sociedad que ha permitido semejante proceso de destrucción social o autodestrucción social, o que sin llegar a ese punto, sus visiones y sus principios han dejado o van dejando de responder a basamentos morales del sistema capitalista”, se puede notar a partir de los argumentos en contra, la falta de vinculación entre el pueblo y las elites, lo que lleva a una sociedad no civilizada, con un liderazgo no apropiado de gran dominación, con organismos encargados de obtener, recopilar y clasificar la información sobre las organizaciones populares que pudieran oponer resistencia a la “reorganización nacional” del proceso. Así podemos notar el problema de la desarticulación de la ética como eje central para lograr una sociedad civilizada de este momento como indica el autor.
Conforme a Julián Barbieri[8], “toda búsqueda presupone una pre comprensión de lo buscado. En este sentido todos tenemos una imagen difusa de lo que entendemos por el bien, ligándolo a valores socialmente ponderados.” La estructura de cada afirmación fundamentada por los textos se ensalza con el pasado y el presente de la subjetividad. Existe una dialéctica de conciencia creadora del bien, donde cada actor busca la verdad y la justicia desde su singularidad, su historia y elección. Los alegatos a favor de los imputados pretenden negar la singularidad de la verdad a través de testimonios colectivos. Además pretende separar los hechos con la identidad de los autores, para así negar la existencia de afirmaciones que permitan la construcción de la verdad.
El abogado defensor Julio Dehesa hace un llamado a obtener la verdad, porque ese es el fin de un juicio. A su vez intenta atacar la validez del mismo al denunciar la falta de imparcialidad y el proceder de la fiscalía, así como exige el desarrollo de un criterio científico de la valoración de los testimonios.
En términos de Karl Popper[9], el Dr. Dehesa apunta a la obtención del “conocimiento verdadero, cierto y suficientemente contrastado”, concepto derivado de los aportes científicos de Newton, dada la falta de corroboración de los testimonios con pruebas independientes. Haciendo una comparación con lo que Popper afirma sobre las teorías científicas que buscan llegar a la verdad pero nunca se podrá afirmar que son totalmente ciertas, el abogado con referencia a los testimonios de personas que han sufrido de tormentos, los carga de ser influenciados por un testimonio colectivo y por su debilidad psicológica, además enuncia que “Es imposible reproducir un hecho”, condenando los testimonios a seguir siendo conjeturas por siempre.
Sin embargo, la postura del abogado defensor, pierde sentido dado que según explica George Soros[10], la teoría del método científico de Karl Popper no resulta aplicable a las ciencias sociales (en este caso, a hechos de trascendencia social) porque entra en juego una variable que en las ciencias de la naturaleza está ausente: la reflexibilidad.
La reflexibilidad implica que los actores sociales pueden lograr que teorías que no son ciertas, sean igualmente verificadas como se demuestra en el accionar de los mercados financieros y la economía en general.
Gracias a la reflexibilidad de los actores de la teoría económica, han surgido valores de mercado que dominan el mundo de los negocios, aunque no se haya verificado la certeza de los mismos. A esto hace referencia el Dr. Vaca Narvaja en su alegato querellante en el juicio en cuestión. El golpe cívico-militar tenía ciertos valores del mercado, tendientes a enriquecer al sector primario y financiero y a debilitar al sector industrial, para posicionar al país como un fuerte proveedor de materias primas. Ciertos actores (grupos financieros, Sociedad Rural, la Bolsa de Valores, entre otros) colaboraron con el régimen de facto en este aspecto, logrando ganancias extraordinarias.
Luego de analizar los alegatos de ambas partes, coincidimos con lo que Levy[11] dice: “las palabras no refieren a una realidad externa e independiente de los sistemas cognitivos de quienes participan en la comunicación, sino a las representaciones de las experiencias que esos sistemas cognitivos han construido”. Es aquí donde cobra especial importancia el lenguaje, más precisamente la interpretación en toda su complejidad. Por consiguiente, reducir la dispersión cognitiva implica un aprendizaje que apunta a compatibilizar las interpretaciones de los miembros de un sistema por medio del dominio consensual del lenguaje. Es posible entonces interpretar a la luz de la Teoría General de los Sistemas, que la sociedad en sí misma constituye un sistema abierto que mediante el juicio lo que intenta es trabajar el alineamiento de los diferentes modelos mentales que representan cada estrategia en pos de la toma de conciencia de éstos y una reflexión crítica que permita construir acuerdos y consenso en torno a puntos clave de la historia e identidad del país. Lo controversial del asunto es que de alguna forma se sigue reproduciendo una lógica que pone en escena a vencedores y vencidos planteándose así como ejemplos a seguir los modelos mentales de quienes triunfan y no una reconstrucción reflexiva que permita que la diversidad coexista.
CONCLUSIÓN
Después de haber analizado ambos textos podemos obtener una visión mucho más enriquecedora y crítica de la problemática. Pero es necesario conocer otras voces que configuran el entretejido social interviniente.
Es menester aclarar que tienen una encrucijada de fundamentos, donde se articulan exposiciones muy distintas de la realidad. Las cuestiones de fondo planteadas por los argumentos a favor demuestran una mirada acotada del contexto, donde parecieran solo tener la finalidad de liberar de los cargos al acusado; al igual que los argumentos en contra del proceso militar parecen ser demasiado amplios, extendiéndose en la historia y creando tantas vinculaciones entre los diferentes extractos sociales dignas de la mejor teoría conspirativa.
El tema en cuestión resulta muy sensible para la sociedad argentina, es una herida abierta que nunca coagula. Emitir un juicio de valor en base al relato socialmente establecido puede derivar en una visión demasiado distinta de lo que realmente ocurrió. Es entonces importante asumir la búsqueda de la verdad con espíritu crítico, ampliando los conocimientos obtenidos por testimonios y buscando una amplitud en nuestros modelos mentales. Esto nos llevará a tener una actitud de aprendizaje dinámico y configurar una respuesta de mayor profundidad y acercamiento a la veracidad de los hechos.
Es importante que en el marco de legalidad y democracia que tanto anhelamos, los acusados tengan un juicio justo, con su respectivo derecho de defensa, y con una condena justa por las atrocidades que se produjeron en tan fatídico episodio de nuestra historia.
Y por último queremos expresar un deseo muy profundo: ¡Nunca más!
[1] LEVY, Alberto: “Estrategia, Cognición y Poder. Cambio y alineamiento conceptual en sistemas socio técnicos complejos” – Cap. 1 y 2 – Ed. Granica – Buenos Aires – 2007
[2] Centro de Información Judicial: “Comenzaron los alegatos de las defensas en el juicio a Videla” –– http://www.cij.gov.ar – 07/12/2000
[3] Alonso Puig, Mario: “Madera de Líder” – Cp. 2: El Mundo Percibido y el Mundo Real – Empresa Activa – 2004
[4] González, Jorge Luis: “Excelencia Personal: Valores” – Cap. I-4; II-1; II-2 y II-4 – Ed. Luman – 1999
[5] Videla, Jorge Rafael – Declaraciones publicadas en el diario La Prensa – 08/12/1977
[6] Diario del Juicio: “Alegato del Dr. Vaca Narvaja” –– http://www.eldiariodeljuicio.com.ar – 2010
[7] Dalmasso, Eduardo: “Acerca de la educación del Líder” – Artículo Publicado en La Voz del Interior – 20/12/2008
[8] Barbieri, Julián: “Trayectorias de vida” – Cap. 1 – Granica – 2001
[9] Popper, Karl: “En busca de un mundo mejor” – Cap. 2 y 3 – Ed. Paidós. Estado y Sociedad – 1994
[10] Soros, George: “La crisis del pensamiento global. La sociedad abierta en peligro” – Cap. 2 y 3 – Ed. Sudamericana – 1999
[11] LEVY, Alberto: “Estrategia, Cognición y Poder. Cambio y alineamiento conceptual en sistemas sociotécnicos complejos” – Cap. 1 y 2 – Ed. Granica – Buenos Aires – 2007
“LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD, DENTRO DE LA DINÁMICA DE LA REALIDAD, PROPIA Y DEL CONTEXTO”
“Proceso Militar en Argentina”
Argumentos contrapuestos
Córdoba, 29 de agosto 2014.
El siguiente trabajo tiene como objetivo comprender, integrar y aplicar los conceptos abordados en la Unidad llamada: “LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD, DENTRO DE LA DINÁMICA DE LA REALIDAD, PROPIA Y DEL CONTEXTO” de la cátedra Liderazgo y Estrategia dictada en la Facultad de Ciencias Económicas.
Para el desarrollo del mismo se han elegido dos textos referentes al Proceso Militar contrapuestos por sus valores, modelos mentales y percepciones. Ambos hacen referencia al juicio de 30 imputados por Delitos de Lesa Humanidad por los hechos acontecidos en la Unidad Penitenciaria 1 de la cárcel de San Martín en la ciudad de Córdoba, conocida como UP1, que derivaron en fusilamientos de presos políticos entre marzo y octubre de 1976.
A partir de tales análisis, intentaremos realizar una síntesis de los conceptos, aprendizajes y reflexiones adquiridas durante la realización del mismo en lo referente al Proceso Militar.
TEXTOS ELEGIDOS:
· Alegato del Dr. Vaca Narvaja (abogado querellante) en el cierre del mencionado juicio.
http://www.eldiariodeljuicio.com.ar/?q=content/alegato-del-dr-vaca-narvaja
· Informe periodístico que contiene fragmentos de los alegatos de los abogados defensores de dos de los imputados en el juicio.
http://www.cij.gov.ar/nota-5689-Comenzaron-los-alegatos-de-las-defensas-en-el-juicio-a-Videla.html
ANÁLISIS
Tomando los aportes de Levy[1] es que podemos pensar que en el escenario del juicio se exponen claramente dos estrategias en pugna. En este caso podemos ver los alegatos de las defensas de algunos de los imputados en el juicio, en uno de los textos seleccionados y en contraposición el alegato del abogado querellante, en el otro. Ambas partes elaboraron estrategias acordes a la postura apelando a la percepción, comprensión y razonamiento de quienes tienen la facultad de decidir sobre el futuro de los acusados. De manera que cada una de las partes hace de su estrategia una teoría respecto a lo sucedido, donde la incertidumbre es característica esencial. Esto es así dado que trabajan sobre una base de supuestos y posibilidades, no de probabilidades. Ahora bien, la calidad de cada estrategia dependerá del abanico de posibilidades de escenarios que sean capaces de imaginar. El autor plantea mínimamente tres: el peor, el mejor y el más probable. En el caso de quienes defienden a los militares podemos decir que el mejor de los escenarios sería la absolución de los imputados, el peor la cadena perpetua o el más probable que sería la negociación de la disminución de la pena. Cuando cambiamos de perspectiva vemos que lo que para los militares constituye el peor de los escenarios es el motivo de lucha de las víctimas.
Las estrategias entonces parten de una “cognición de lo real” que amerita amplias discusiones sobre la realidad en sus dimensiones ontológica, epistemológica y metodológica, que a su vez, implican dimensiones éticas y políticas propias del contexto de producción. De manera que la ciencia positivista se encargó de plantear una distinción entre el mundo subjetivo y el mundo real, entendiendo que el conocimiento es verdadero y objetivo cuando es comprobable en una realidad externa al sujeto. Este es un argumento del que se valen los defensores de los militares al principio de la nota, donde utilizando los recursos de la ciencia intentan legitimar su posición. También es visible esto en la exposición[2]: “¿Alguien vio una cicatriz, alguien vio una lastimadura que avale lo que los testigos dicen? Pude encontrar una sola prueba que dio por tierra con esa versión objetiva que aparecía”. Buscando datos objetivos a los ojos de todos y menoscabando el padecimiento singular de las víctimas.
Ahora, quizás la discusión que amerita es: ¿Por qué frente a los mismos acontecimientos ocurridos, los actores intervinientes construyen diferentes realidades del mismo? Una posible explicación de ello podría surgir del aporte que realiza el constructivismo respecto de la realidad. Este enfoque propone poner el acento en quien observa esa realidad y da cuenta de ella. Tomando los aportes de Alonso Puig[3] es que podemos decir que ambas posturas son igualmente válidas porque la perspectiva desde la que miran es diferente, y es esta última la que determina lo que se ve. Es así que quienes defienden a los militares se encuentran fuertemente influidos por una historia y una identidad común previamente forjada al igual que las víctimas. Hay experiencias significadas de ambas partes que constituyen la piedra sobre la cual elaboran sus estrategias de acción. Estas experiencias anteriores forman filtros que constituyen los límites de nuestra percepción. Los filtros son modelos mentales, es decir las lentes con las que miramos y nos orientamos en el mundo. Estos se construyen mediante la percepción subjetiva que cada uno hace de la información proveniente de nuestros sentidos y del conocimiento en general. Luego la mente construye una representación en función de un contenido referencial y le atribuye un significado lingüístico. Así se construye un discurso coherente y singular donde interviene el razonamiento que formula una conclusión, la cual puede sostener el modelo existente o modificarlo. Es así que los acusados entendían a los presos políticos como personas verdaderamente peligrosas (subversivos) para el sistema instaurado no solo por lo que pensaban, sino por lo que hacían. Por lo que las personas detenidas en la UP1 eran finamente seleccionadas, pertenecían a diversos sectores sociales, a organizaciones legales, sindicatos y centros de estudiantes, o acaso eran personas sin militancia, pero con “sensibilidad social”. A su vez para las víctimas y hoy para la sociedad en su conjunto los militares de aquel momento son genocidas, personas penalmente responsables de haber cometido crímenes de lesa humanidad.
En función de cómo se van desarrollando los juicios de lesa humanidad, ambas estrategias se van modificando y haciendo más flexibles para la adaptación al medio, que es dinámico y cambiante. Es por ello que decimos que las estrategias de acción son situadas, se dan en un contexto socio-histórico concreto y que implica reflexión en la acción, donde los supuestos que la originaron necesitan ser sometidos inductivamente a ajustes, correcciones y mejoras constantes. Es decir, desarrollar un aprendizaje continuo que le permita la adecuación.
Según el autor Jorge Luis González[4] “los valores aparecen como tales cuando son percibidos por el corazón humano”. En los textos podemos encontrar distintas percepciones desde cada persona que los enuncia. En el extracto de los alegatos de la defensa de Cano y Huber, se intenta reclamar el valor de la Justicia. Éste es apreciado a su favor en búsqueda de pruebas gruesas estimadas como tales, más que por la sensibilidad humana o intuición. Se intenta separar al Juez de la conexión intrínseca de su corazón con la causa. Se puede ver cómo el abogado defensor hace énfasis en la realidad subjetiva de testimonios sobre el hecho objetivo de los conflictos (incongruencia de argumentaciones y fundamentos vengativos), traídos desde los mismos fundamentos de valores y deberes éticos de los involucrados. La conciencia auto reflexiva, que les permite discernir qué es lo mejor para el acusado, permite creer que existen hechos que no existieron y en que no tomaron parte. Así en aquel momento, en algún nivel, su conducta se percibe como apropiada y bien intencionada. Ya Videla[5] en 1977 decía “(...) consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también el que en el plano de las ideas quiere cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir subvierten valores, cambian, trastocan valores (…)”. Podemos inferir mediante sus palabras que la lucha se da en la dispersión cognitiva de modelos mentales existentes en la sociedad de aquel entonces, de manera que los militares por medio de la fuerza intentaron la construcción de un dominio consensual. Es en estos modelos mentales que se construía y reproducía una representación social del terrorista/subversivo no sólo por matar con un arma o colocar una bomba sino también por activar a través de ideas contrarias a una civilización occidental concebida y cristiana. Eso deja entrever cómo legitiman su accionar y generan aliados como la Iglesia católica y la justicia (instituciones de poder) en esta “lucha contra el mal”. Además intenta justificar la crueldad de las torturas como parte del “marco de la naturaleza de la guerra”. En palabras del General Fernández Torres[6] “la guerra es un arte, y quienes participan en ella son artistas”. Otra de las teorías que justifica el golpe de estado es que si no hubiera habido guerrilla no habrían tenido que intervenir y llevar adelante el Proceso de Reorganización Nacional.
En los extractos del alegato del Dr. Vaca Narvaja6 podemos notar un mapa de la realidad bastante distinto, donde acusados pasan a ser nominados como “genocidas”. Alcanzamos a leer una sucesión de hechos aterradores con una gran interacción entre los distintos actores, y las respuestas de cada uno de ellos desde la percepción de la realidad del escritor defensor. El ambiente y el contexto parecieran cambiar y producir resultados terribles.
Los acusados tenían un predominio a la sobrevivencia de los valores nacionalistas, donde se diagrama un manual de acción basado en el factor miedo para instaurar el terror y así lograr la dominación. El uso del magisterio como autoridad en este sistema, impone y logra que pasen por encima de la propia libertad y sean sometidos a las decisiones ajenas por las aspiraciones de los actores. De esta forma se imprime una cierta incongruencia, ya que existe una independencia para emitir juicios frente a la situación del país y tomar decisiones que exceden la libertad del ciudadano de elegir el gobierno, donde se aparenta buscar la unidad interna y el bienestar para crear congruencia con sus decisiones.
El valor de la sobrevivencia frente a las torturas nos trae a la vista un retroceso en los valores éticos para la época. Se describe como irresponsable por parte de los golpistas la necesidad de aceptar órdenes, sacrificarse y someterse a la voluntad de sus jefes. El valor de la justicia se muestra aliado al gobierno de facto, por lo que hace que subsistan estructuras de democracia de inteligencia militar y política. Se instaló el “algo habrán hecho” o “por algo habrá sido” para justificar el accionar de la represión. Así vale la pena aclarar que la jerarquía de valores está esencialmente influenciada por una gran ambición de poder, dominada por las circunstancias y percepciones de la situación.
Como menciona Eduardo Dalmasso[7], “una sociedad que ha permitido semejante proceso de destrucción social o autodestrucción social, o que sin llegar a ese punto, sus visiones y sus principios han dejado o van dejando de responder a basamentos morales del sistema capitalista”, se puede notar a partir de los argumentos en contra, la falta de vinculación entre el pueblo y las elites, lo que lleva a una sociedad no civilizada, con un liderazgo no apropiado de gran dominación, con organismos encargados de obtener, recopilar y clasificar la información sobre las organizaciones populares que pudieran oponer resistencia a la “reorganización nacional” del proceso. Así podemos notar el problema de la desarticulación de la ética como eje central para lograr una sociedad civilizada de este momento como indica el autor.
Conforme a Julián Barbieri[8], “toda búsqueda presupone una pre comprensión de lo buscado. En este sentido todos tenemos una imagen difusa de lo que entendemos por el bien, ligándolo a valores socialmente ponderados.” La estructura de cada afirmación fundamentada por los textos se ensalza con el pasado y el presente de la subjetividad. Existe una dialéctica de conciencia creadora del bien, donde cada actor busca la verdad y la justicia desde su singularidad, su historia y elección. Los alegatos a favor de los imputados pretenden negar la singularidad de la verdad a través de testimonios colectivos. Además pretende separar los hechos con la identidad de los autores, para así negar la existencia de afirmaciones que permitan la construcción de la verdad.
El abogado defensor Julio Dehesa hace un llamado a obtener la verdad, porque ese es el fin de un juicio. A su vez intenta atacar la validez del mismo al denunciar la falta de imparcialidad y el proceder de la fiscalía, así como exige el desarrollo de un criterio científico de la valoración de los testimonios.
En términos de Karl Popper[9], el Dr. Dehesa apunta a la obtención del “conocimiento verdadero, cierto y suficientemente contrastado”, concepto derivado de los aportes científicos de Newton, dada la falta de corroboración de los testimonios con pruebas independientes. Haciendo una comparación con lo que Popper afirma sobre las teorías científicas que buscan llegar a la verdad pero nunca se podrá afirmar que son totalmente ciertas, el abogado con referencia a los testimonios de personas que han sufrido de tormentos, los carga de ser influenciados por un testimonio colectivo y por su debilidad psicológica, además enuncia que “Es imposible reproducir un hecho”, condenando los testimonios a seguir siendo conjeturas por siempre.
Sin embargo, la postura del abogado defensor, pierde sentido dado que según explica George Soros[10], la teoría del método científico de Karl Popper no resulta aplicable a las ciencias sociales (en este caso, a hechos de trascendencia social) porque entra en juego una variable que en las ciencias de la naturaleza está ausente: la reflexibilidad.
La reflexibilidad implica que los actores sociales pueden lograr que teorías que no son ciertas, sean igualmente verificadas como se demuestra en el accionar de los mercados financieros y la economía en general.
Gracias a la reflexibilidad de los actores de la teoría económica, han surgido valores de mercado que dominan el mundo de los negocios, aunque no se haya verificado la certeza de los mismos. A esto hace referencia el Dr. Vaca Narvaja en su alegato querellante en el juicio en cuestión. El golpe cívico-militar tenía ciertos valores del mercado, tendientes a enriquecer al sector primario y financiero y a debilitar al sector industrial, para posicionar al país como un fuerte proveedor de materias primas. Ciertos actores (grupos financieros, Sociedad Rural, la Bolsa de Valores, entre otros) colaboraron con el régimen de facto en este aspecto, logrando ganancias extraordinarias.
Luego de analizar los alegatos de ambas partes, coincidimos con lo que Levy[11] dice: “las palabras no refieren a una realidad externa e independiente de los sistemas cognitivos de quienes participan en la comunicación, sino a las representaciones de las experiencias que esos sistemas cognitivos han construido”. Es aquí donde cobra especial importancia el lenguaje, más precisamente la interpretación en toda su complejidad. Por consiguiente, reducir la dispersión cognitiva implica un aprendizaje que apunta a compatibilizar las interpretaciones de los miembros de un sistema por medio del dominio consensual del lenguaje. Es posible entonces interpretar a la luz de la Teoría General de los Sistemas, que la sociedad en sí misma constituye un sistema abierto que mediante el juicio lo que intenta es trabajar el alineamiento de los diferentes modelos mentales que representan cada estrategia en pos de la toma de conciencia de éstos y una reflexión crítica que permita construir acuerdos y consenso en torno a puntos clave de la historia e identidad del país. Lo controversial del asunto es que de alguna forma se sigue reproduciendo una lógica que pone en escena a vencedores y vencidos planteándose así como ejemplos a seguir los modelos mentales de quienes triunfan y no una reconstrucción reflexiva que permita que la diversidad coexista.
CONCLUSIÓN
Después de haber analizado ambos textos podemos obtener una visión mucho más enriquecedora y crítica de la problemática. Pero es necesario conocer otras voces que configuran el entretejido social interviniente.
Es menester aclarar que tienen una encrucijada de fundamentos, donde se articulan exposiciones muy distintas de la realidad. Las cuestiones de fondo planteadas por los argumentos a favor demuestran una mirada acotada del contexto, donde parecieran solo tener la finalidad de liberar de los cargos al acusado; al igual que los argumentos en contra del proceso militar parecen ser demasiado amplios, extendiéndose en la historia y creando tantas vinculaciones entre los diferentes extractos sociales dignas de la mejor teoría conspirativa.
El tema en cuestión resulta muy sensible para la sociedad argentina, es una herida abierta que nunca coagula. Emitir un juicio de valor en base al relato socialmente establecido puede derivar en una visión demasiado distinta de lo que realmente ocurrió. Es entonces importante asumir la búsqueda de la verdad con espíritu crítico, ampliando los conocimientos obtenidos por testimonios y buscando una amplitud en nuestros modelos mentales. Esto nos llevará a tener una actitud de aprendizaje dinámico y configurar una respuesta de mayor profundidad y acercamiento a la veracidad de los hechos.
Es importante que en el marco de legalidad y democracia que tanto anhelamos, los acusados tengan un juicio justo, con su respectivo derecho de defensa, y con una condena justa por las atrocidades que se produjeron en tan fatídico episodio de nuestra historia.
Y por último queremos expresar un deseo muy profundo: ¡Nunca más!
[1] LEVY, Alberto: “Estrategia, Cognición y Poder. Cambio y alineamiento conceptual en sistemas socio técnicos complejos” – Cap. 1 y 2 – Ed. Granica – Buenos Aires – 2007
[2] Centro de Información Judicial: “Comenzaron los alegatos de las defensas en el juicio a Videla” –– http://www.cij.gov.ar – 07/12/2000
[3] Alonso Puig, Mario: “Madera de Líder” – Cp. 2: El Mundo Percibido y el Mundo Real – Empresa Activa – 2004
[4] González, Jorge Luis: “Excelencia Personal: Valores” – Cap. I-4; II-1; II-2 y II-4 – Ed. Luman – 1999
[5] Videla, Jorge Rafael – Declaraciones publicadas en el diario La Prensa – 08/12/1977
[6] Diario del Juicio: “Alegato del Dr. Vaca Narvaja” –– http://www.eldiariodeljuicio.com.ar – 2010
[7] Dalmasso, Eduardo: “Acerca de la educación del Líder” – Artículo Publicado en La Voz del Interior – 20/12/2008
[8] Barbieri, Julián: “Trayectorias de vida” – Cap. 1 – Granica – 2001
[9] Popper, Karl: “En busca de un mundo mejor” – Cap. 2 y 3 – Ed. Paidós. Estado y Sociedad – 1994
[10] Soros, George: “La crisis del pensamiento global. La sociedad abierta en peligro” – Cap. 2 y 3 – Ed. Sudamericana – 1999
[11] LEVY, Alberto: “Estrategia, Cognición y Poder. Cambio y alineamiento conceptual en sistemas sociotécnicos complejos” – Cap. 1 y 2 – Ed. Granica – Buenos Aires – 2007
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