AMÉRICA LATINA O NUESTRO MUNDO CERCANO

América Latina o nuestro mundo cercano

América Latina es una, diversa y comparte similitudes en las condiciones sociales y económicas. Un proceso histórico relativamente común en la conformación de los diferentes Estados y una incapacidad manifiesta en lograr un proyecto sustentable en el tiempo, de carácter autónomo.


23 de Enero, 2019

Por Eduardo Dalmasso
América Latina es una, diversa y comparte similitudes en las condiciones sociales y económicas. Un proceso histórico relativamente común en la conformación de los diferentes Estados y una incapacidad manifiesta en lograr un proyecto sustentable en el tiempo, de carácter autónomo.

Sin embargo, los rasgos culturales y su conformación étnica responden a: Por un lado, raíces diferentes en la conformación de la población; y, por el otro, las formas en que se han desarrollado los sectores hegemónicos. Estos han marcado los comportamientos sociales y los propios modelos de resistencia o ruptura con el modelo de dominación.

En todos los países latinoamericanos existen islas de desarrollo y modernidad, en cohabitación con vastos sectores ajenos a los patrones de un Estado desarrollado institucional y económicamente. Los avances generalmente ligados al patrón de intercambio con el resto del mundo y los sectores financieros, con niveles de productividad y salarios de cierta dignidad. El resto con niveles de productividad comparativa muy baja y con amplios sectores de marginalidad. Vale decir, Estados conformados constitucionalmente pero con incapacidad manifiesta de contener dignamente al conjunto de la sociedad.

Países dependientes de sus materias primas, inestables en sus desarrollos políticos. Situaciones consecuentes de la hasta ahora imposible inclusión de sus grandes mayorías. La década que le otorgó grandes excedentes, por los precios de las materias primas, está en el corto plazo agotada. Muchos Estados se encuentran en crisis por causas comunes y propias.

Vivencias latinoamericanas

En los últimos 30 años, América Latina ha asistido a la convergencia de:

-Argentina con las falencias estructurales del conjunto.

-El proceso continuo de crecimiento de la economía chilena, montada dentro de un sistema de desigualdades y exclusión.

-El crecimiento e importancia de la economía brasileña dentro del concierto mundial.

En los últimos 15 años, se ha presenciado:

-El auge de la experiencia chavista en Venezuela.

-El predominio del discurso kichnerista, en abierta contradicción con el discurso menemista en Argentina.

-El paso de la confrontación del presidente Uribe con la guerrilla a la búsqueda de la paz por el presidente Santos en Colombia.

-El modelo autoritario de Fujimori a uno más abierto en lo político y económico en Perú.

-La apertura de experiencias inéditas en Ecuador y Bolivia. Quizás, los países que mejor desarrollaron su potencial a partir de la favorable situación internacional.

-El desarrollo de nuevos sectores sociales en el Paraguay.

-Cierta recuperación de la economía uruguaya, en función de la expansión de sus cultivos y fruto del esparcimiento de la soja en su territorio.


Amplios sectores de la población accedieron a mejores situaciones de vida. Sin embargo, ahora enfrentados al cambio de la situación internacional y a las propias consecuencias de un fin de ciclo, enfrentan serias dificultades económicas y sociales. Éstas ajustadas según sus propias particularidades, como ser: la crisis política, prácticamente terminal, de la estructura de Brasil; la extrema división de la sociedad venezolana; y las dificultades del gobierno de Argentina como consecuencia, entre otras, de una brutal exclusión del sistema de una importante parte de su población.

No obstante, el dato más preocupante para el conjunto de los países latinoamericanos -según el informe de la Unesco- es la deficiencia en la calidad de los sistemas de enseñanzas, lo que nos plantea un problema de futuro. Otra fuente, como la Agencia Francesa de Desarrollo -Institut des Amériques-, en su informe del 2013 expresaba:

“(…) a mediano plazo, los países tienen un potencial de expansión del crecimiento económico pero éste dependerá ampliamente de la evolución de factores estructurales, como la evolución del sector trabajo, el aumento del ahorro y de la inversión nacionales y, por supuesto, de los resultados en materia de productividad para lo cual, a largo plazo, la educación tiene un papel decisivo”.

Argentina y algunas semblanzas de América Latina

Nos detendremos fundamentalmente en el caso argentino, con algunas referencias a otros países. El objetivo es analizar el significado y consecuencia de los procesos populares emergentes a principios del s. XXl.

En el Foro por la Emancipación y la Igualdad, marzo del 2015 en Buenos Aires, y con la presencia de las Abuelas de Plaza de Mayo, Emir Sader[1] expresaba en su discurso una visión de optimismo exultante:

“Nosotros podemos estar orgullosos de nuestra querida América Latina en este siglo XXI. Porque algunos de nuestros países, aún en un marco de crisis internacional del capitalismo, en un marco de hegemonía imperial norteamericana, hemos disminuido la desigualdad, disminuido la miseria, disminuido la pobreza. Hemos construido un proceso de integración regional como no hay en ninguna otra parte del mundo. Podemos estar orgullosos de todo lo que hemos hecho”.

El filósofo se extiende sobre las situaciones políticas equivalentes de Brasil, Uruguay, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia; quienes, según sus palabras, han escogido el camino adecuado a las necesidades de sus pueblos:

“En lugar de la centralidad del ajuste fiscal, la centralidad de las políticas sociales, ¿qué mejor política podría ser para el continente más desigual del mundo? Priorizar las políticas sociales. Promover los derechos de los más postergados, de los más frágiles, de esos que más han sufrido la dictadura militar en los gobiernos neoliberales. Si tenemos apoyos extraordinarios a lo largo de diez, quince años, es porque tenemos el pueblo con nosotros. Tenemos el reconocimiento y el voto popular porque hemos promovido el derecho de gente que era excluida por el modelo neoliberal”.

Prosigue con el análisis de la crisis internacional, su visión del capitalismo y el llamado a la integración latinoamericana como escudo de su autonomía y desarrollo. Lo importante de este discurso es la claridad con que revela el clima existente en la etapa del predominio del período populista. Su visión es optimista, su capacidad de ver, enunciar o intuir las dificultades que se sucederían en el tiempo era inexistente. Sader reflejaba los discursos dominantes de los círculos progresistas, al menos hasta el 2015.

Comentarios

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  2. En respuesta al análisis de uno de nuestros lectores, comparto aquí el marco general de análisis que consolida este artículo.
    Mi visión es que el proceso de guerra, ha causado muchísimo daño al pueblo Colombiana y a su desarrollo económico. La existencia de la guerrilla contribuye a tronchar la tremenda capacidad de los sectores económicos e intelectuales de tu país. Una llaga en la que lo que más pobres: los campesinos son los que más han sufrido este proceso. No por nada, los sectores más liberales, el partido verde , el movimiento progresista expresaron su apoyo. Pero no solo ellos, una gran parte del empresarias también mostró satisfacción por la búsqueda de la paz. Sobre los errores que pueda haber cometido Santos, entre otros, celebrar el acuerdo antes del plebiscito no estoy en condiciones de juzgar. Eso surge del resultado de las urnas que dio el siguiente guarismo. A favor del Sí 49,79% por el no el 50,21%. O sea la ciudadanía partido en dos. En mi caso personal desde el punto de vista factico me guiaron dos cosas. Una, la importancia de terminar con este despiadado enfrentamiento y evitar que se convierta en esas de odio acumulativo, cuyo mejor ejemplo es conflicto árabe israelí. ( un proceso sin fin) Segundo pensar que terminado ese conflicto la sociedad Colombiana podría dar un salto adelante muy importante en la búsqueda de su desarrollo e igualdad Social. Algo de esto supongo, deben haber pensado los ex presidentes Belisario Betancur y César Gaviria que se declararon a favor. En fin hablo de mis aspiraciones no de una verdad que no estoy en condiciones de juzgar. Ni me corresponde. Lo que sí, el plebiscito sin duda fue muy mal planteado y demasiado global para permitir un juicio justo a los electores.

    Un abrazo para todos los lectores y en especial para quien se ha permitido dialogar con aquello que plasma este artículo.

    Saludos

    Eduardo Dalmasso.

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