CRISIS ECONÓMICAS Y REALIDADES DE EUROPA IX


CRISIS ECONÓMICAS Y REALIDADES DE EUROPA
IX

 Por Eduardo Dalmasso

14 de Agosto de 2019

Atento a lo descripto en los anteriores artículos, el modelo de crecimiento económico  que nace en la posguerra, se desarrolla  en dos fases muy claras: la de los 30 felices años y la de los posteriores tumultuosos años, que se generan a partir de mediados de los 70´.

Se destaca el hecho de que  la productividad de Alemania y de Japón, entre los años 70 y los 90, provoca el desplazamiento de importantes sectores Industriales de los EE.UU en los mercados mundiales0 (y en el propio EE.UU), logrando por esto importantes excedentes financieros. El tema es que dicho proceso de sustitución, centrado en el mercado norteamericano, también encuentra  límites, que en paralelo  se reconocen en el mercado mundial. En consecuencia, se genera una disminución del ritmo de expansión de dichas economías y de sus índices de crecimiento, aunque en diferentes grados. Por otra parte, en los 90´ aparece un fuerte competidor: la república popular de China, quien desde los  80´ desarrolla una inteligente política respecto a la radicación de las inversiones de multinacionales, con importantes aportes tecnológicos. Este país, a posterior se irá transformando en el principal acreedor del Imperio de Occidente, desplazando en magnitud a los países referidos como vanguardistas del crecimiento económico.

Para comprender  la situación descripta,  es importante recordar  que a  partir de 1985 las tasas de crecimiento en los EEUU bajan, lenta pero inexorablemente con su lógico efecto  sobre la oferta de los países europeos. Al respecto,  políticos y economistas hablaban de un «aterrizaje suave», que  consideraban  necesario para detener  un mecanismo de endeudamiento que, en  la apreciación de Richard Parker (Estratos de sus clases: Auge y decadencia de los Estados Unidos como potencia mundial), se alimentaba  a sí mismo como una bola de nieve, provocando  una especulación cada vez más incontrolable.

Tras años de revaluación, el dólar se devalúa bruscamente cayendo entre 1985 y 1987 en más de un 50%. Esto alivia momentáneamente el déficit americano y logra reducir el pago de intereses de la deuda,  pero la contrapartida es el hundimiento brutal de la Bolsa de Nueva York, que en octubre de 1987 cae un 27%. En esta década, comienza a manifestarse la inestabilidad de todo el aparato financiero mundial y las tasas de crecimiento decaen. Es la década en la que también USA, se convierte en un país deudor (OCDE).

Desde nuestra mirada, esa etapa  se constituye en  punto de inflexión. Inflexión sustentada en una demanda global, que  ya no induce  el crecimiento económico,  tal  cual funcionó  en el largo y beneficioso período de  la pos guerra.  El agotamiento del modelo de posguerra dentro del mundo capitalista, determina la  necesidad de encontrar nuevos caminos para reencauzar el sistema.  De hecho, esto es lo que plantean los principales países europeos ante la situación vigente  y  la debacle de la guerra fría, por la caída del muro de Berlín  y la implosión de la URSS. Todo comenzaba a ser diferente.

Dentro del obligado realineamiento,  el proceso de unidad Alemana, si bien significaba  un direccionamiento de los esfuerzos de inversión hacia el Este, también  le implicó al sector Occidental  detraer ingentes recursos del  Estado, con posibilidad de  recuperación en un tiempo no demasiado previsible. Considero que estos límites, precipitan la aceleración de los procesos de unidad Europea bajo el liderazgo de Francia y Alemania, con el objetivo de resguardar y acrecentar mercados de su esfera de influencia. Sur de Europa, Europa del Este, Norte de África, el área Turca y (bajo otras condiciones) la propia Rusia, supliendo así también la necesidad de paliar el bajo crecimiento demográfico.

Algunas observaciones:

El intercambio Intra Europeo,  llega casi al 70 % en la actualidad y el  30 % va al resto del mundo. Esto tiene un significado muy especial, porque implica que para mantener la tasa de expansión, el proyecto Europeo necesita mantener una tasa de crecimiento aceptable y genuino. Por esta razón, se reconocen como medios fundamentales con ese objetivo, a la creación de la moneda única como medio transaccional, y a la definición de la concepción del área de influencia.

El tema es que la moneda  única, supone productividades similares (o al menos convergentes) de los sistemas económicos que los integran y la coincidencia de las políticas fiscales e institucionales. El problema que subyace, es que el desarrollo económico es siempre un proceso de largo plazo, dado que el crecimiento económico no es sólo resultado de la tasa de inversión, sino fundamentalmente de la relación entre cultura, conocimientos necesarios y desarrollo institucional.

Las diferencias muy acentuadas ente diversos países, provoca el intercambio desigual, lo que a su vez ocasiona un endeudamiento creciente en algunos de ellos (los menos desarrollados), para mantener el nivel de vida de la población. Si a esto se le agrega una errónea aplicación del gasto, lo único que puede suceder es que el sistema presente estallidos puntuales  o requiera de salvatajes  financieros, a partir de la exigencia  de contención del gasto.  Esto aparece en distintos grados: en Grecia, Portugal, España e incluso en Italia, que ostenta un nivel de desarrollo  superior a las mencionadas. Vale decir que la Unión Europea fija reglas, pero también crea expectativas y necesidades que no todos los integrantes pueden solventar en los mismos términos de Alemania.

Hay correspondencia entre el cuadro anteriormente descripto, y el hecho que las inversiones europeas de los tres países más importantes (Alemania-Francia-Italia), no  han dejado de tener un desplazamiento hacia el sudeste asiático y la Europa del Este, por razones de costos relativos, dimensión creciente de los mercados y el acervo acumulado de éstos, en términos de cultura del trabajo y educación adquirida desde los sesenta. Vale decir, desplazamiento de Inversiones, luchas competitivas en condiciones de desigualdad intra Europa, etc.

Razones por las que aún con mayor capacidad de resistencia social que la que presenta  la realidad de los EE.UU., (pero no menos grave), comienzan a aparecer déficits fiscales por fuera de lo acordado en los tratados Europeos, y endeudamientos ajenos a la dimensión del mercado en donde se produce. Su consecuencia más seria, es el bajo crecimiento de la oferta de empleo y el paro en el extracto de los jóvenes.



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