ALGUNOS PENSAMIENTOS RESPECTO DE LA LEY DE DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO
LA LEY DE DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO
AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS
12 Julio, 2018
Por Prof. Doctor Eduardo Dalmasso
Es notable la evolución de las luchas por el reconocimiento de derechos en nuestro país; un aspecto de nuestra cultura que es necesario destacar. Lo pienso en los mismos términos positivos que el significado del diálogo interreligioso entre mahometanos, judíos, católicos y evangélicos. En nuestro país existe y esto enriquece a cada una de las prácticas religiosas. La diversidad en paz.
Aparece como destacable, la sensación que la lucha contra los femicidios se convirtió en un estandarte de la lucha contra todo tipo de violencia hacia la mujer. Para muchas mujeres, no poder decidir sobre sus cuerpos es una forma de violencia. Para ellas: son los valores de ética política democrática los que determinan su corrección moral, por eso no aceptan que la biología se transforme en otra forma de opresión. No hay posibilidad de garantizar la igualdad de género y condiciones de libertad equivalentes para todos los ciudadanos en la medida en que el aborto sea ilegal.
Varios países de América Latina y Europa vienen legislando sobre el tema de la despenalización, al igual que en varios Estados de EE. UU. Lo más resonante ha sido la aprobación de la despenalización en el caso de Irlanda por su tradición Católica.
El otro tema clave por el cual se desarrolla la discusión sobre derechos, es sobre el significado social del aborto clandestino. Vale decir, hay un problema a resolver de instancias del derecho y hay un campo ligado a la salud pública y el bienestar igualitario de las personas. El problema es que la legislación que considere estos aspectos a favor de la despenalización, tiene en contra todo un sistema de creenciasarraigado endogmas religiosos; que ven a la despenalización como un atentado a la vida.
De hecho, la oposición de los líderes eclesiásticos, es férrea y esto se expresa en una fuerte capacidad de movilización, en un discurso agresivo y con énfasis en argumentosque tienen el objetivo de mejorar la educación sexual en las escuelas. Cabe recordar, que los grupos más ortodoxos, vienen realizando una oposición sistemática a los métodos de prevención de embarazos con fuerte incidencia en los sectores populares. Esto se expresa crudamente en la afirmación de quenadie tiene derecho a matar una vida.
Cómo analizarlo entonces, ¿desde qué perspectiva? Al efecto y por mi interpretación, tomaré las declaraciones de Facundo Manes: neurólogo clínico y neurocientífico, quien se manifestó a favor de la aprobación de la ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo, a pesar de sus creencias: “No se pueden hacer leyes basadas en las creencias personales”, para Manes,” no se trata de la decisión que uno individualmente pueda tomar, se trata de la necesidad del respeto a la otredad y comprender que el Estado es independiente de las creencias religiosas”.(Diálogo con Luciano Olivera en Radio UBA)Por supuesto otras personalidades de la ciencia tienen posición contraria.
Esto no es una discusión nueva, tiene antecedentes en la participación de la Iglesia en el golpe de Estado que derribó al gobierno de Juan D. Perón, por el giro laicista de este y su legislaciónde la ley de divorcio. En estos tiempos sus posiciones también se manifestaron contra el matrimonio igualitario aunque sin la fuerza social del 55. Señalo estos antecedentes para aclarar que esta confusión entre Iglesia y Estado es de larga data y que ha significado duras batallas por el deslinde de campos. Esto mismo se podría extender, en ciertos aspectos, a las vicisitudes de las luchas de los setenta.
Creo, vale la pena traer a colación, la discusión entre Eduardo Wilde, Ministro de Educación del gobierno de Julio A. Roca con el diputado por Córdoba,Pedro Goyena, de clara filiación clerical, en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación. Corría el año 1884 y el centro de la discusión versaba sobre la condición del Estado en relación a la educación:
Qué decía Goyena:“El Estado no puede racionalmente ser ateo. Los poderes públicos son algo que no tiene significación. Algo ininteligible, algo ilegítimo, si no arrancan del fondo de la misma sociedad, la expresan y la rigen de acuerdo con su naturaleza, para que no se encamine a la consecución de los destinos que corresponden a los grandes conjuntos de hombres, es decir de seres inteligentes, de seres libres, de seres responsables, de seres morales. Y aun cuando las funciones del Estado, solo se realicen en lo externo y aun cuando sean especialmente funciones de garantía a fin de que la actividad exterior de cada individuo no trabe o perturbe la actividad de los demás, y la sociedad en vez de anarquizarse se mantenga en orden y se desenvuelva armoniosamente, no logrará ejercer de manera conveniente esas funciones, si echa en olvido o desdeña las garantía de las garantías, el fundamento de la seguridad individual y social de la suprema explicación del derecho, es decir, la religión”.
Goyena, no soslaya la Constitución sino que hace uso de ella para exponer su posición:“(…) los antecedentes constitucionales que yo invoqué para mostrar cómo no siendo el Estado argentino neutro en las cuestiones religiosas, las escuelas, constitucionalmente establecidas por el Congreso, no podrían ser tampoco neutras; como este carácter de neutralidad, de laicismo, en el sentido que los liberales le atribuyen (…)”.
Ministro Eduardo Wilde en su réplica señala:
“Para encarar la cuestión,debo tomarla bajo tres puntos de vista principales: bajo la fase de los principios de los antecedentes nacionales y de las conveniencias sociales(…) En la época moderna se presenta con toda claridadlas diferencias que hay entre el Estado y la Iglesia (…) Nos encontramos con el principio moderno que es el Estado interconfesional (…) esto es la libertad de conciencia (…) respetada ahora en todos los Estados”.
Wilde rescata la formación del Estado nación. Advierte de que frente a la organización universal (ecuménica de la Iglesia) el Estado es solo Estado nación y en este ámbito debe afianzar su soberanía. De ello que su discurso prosigue:
“El Estado es para llenar fines temporales en el mundo; es para asegurar beneficios que solo se relacionan con el hombre como ser social; para las necesidades espirituales, ahí está la Iglesia. Vaya la Iglesia a desempeñar su misión siendo la pastora de las almas, vaya la iglesia a enseñar la religión(…) porque por este medio (la enseñanza oficial de la religión) habríamos puesto en las manos oficiales esa espada espiritual que solo ha sido concedida al Estado en los pueblos bárbaros y que solo existe actualmente en las de Zar omnipotente de las Rusias(…)”.
En estas expresiones, surge con claridad dos visiones sobre el rol del Estado y el de las Iglesias, lo cual es aún más duramente expresado por Joaquín V. González respecto a que:
“El vicio de todas las religiones positivas, y lo que hace imposible su universalidad, es que reemplazan el raciocinopor esa forma especial de conocimientos que se llama fe(…)”.
Esta dialéctica recordada, no tiene otro objetivo que las cuestiones del Estado, no se corresponden con la fe y que la práctica de esta es privativa de las personas dentro de la institución eclesial que corresponda. La fe hará a sus creencias y prácticas, pero en cuestiones de Estado, su esfera no debería penetrar. Esta cuestión ha divido al Estado argentino en diferentes ocasiones y sin duda en las provincias conservadoras la resistencia clerical al avance de un Estado laico y neutro ha sacudido sus estructuras. Un caso manifiesto, la épica anticlerical del movimiento reformista del 18.
Lo anterior para expresar que en el Congreso, no se está discutiendo el aspecto moral, sino el concepto que se refiere a qué forma legal, debe adoptar el Estado para preservar la vida de las personas a partir de la libertad de consciencias. Esto exige respetar las distintas posiciones, pero con la exigencia de legislar en término de interés social y no de creencias. En palabras de Manes:
“Se está debatiendo (ahora en la instancia del senado) si el aborto es legal o clandestino, si es seguro o con riesgo de muerte (por las malas condiciones en que se hace) y si es gratuito (que lo provee el Estado) o participan médicos muchas veces especuladores de este comercio (…)Si bien la Cámara de Diputados se ha expedido democráticamente, la instancia del Senado no debería desconocer, como de hecho reconoció la Cámara de Diputados, que no se está discutiendo sobre cuestiones de fe, sino de la mejor situación posible para el desarrollo social”.
Qué dice la Organización Mundial de la Salud:
“La mayoría de abortos peligrosos (97%) se produjo en países en desarrollo de África, Asia y América Latina”.
«Cuando las mujeres y las niñas no pueden acceder a servicios eficaces de anticoncepción y aborto seguro, hay graves consecuencias para su propia salud y la de sus familias. Esto no debería pasar. Sin embargo, pese a la evidencia y a los recientes avances en materia de tecnología, siguen produciéndose demasiados abortos peligrosos y demasiadas mujeres continúan sufriendo y muriendo». (Comunicado del 17-09-2017).
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