ENSAYO SOBRE DEODORO ROCA - El drama social de la Universidad
El Drama Social de la Universidad
1936
Publicado en la revista flecha el 14, 15 de junio.
28 de Agosto 2018
Por Doc. Eduardo Dalmasso
“Fue la Universidad, acaso, lo mas alto que Europa dio durante el siglo XIX. Por ello más que todo, fue respetada en el mundo. Universidad representaba allí, universalización, en una totalidad de la técnica, de la investigación, de la enseñanza, del espíritu. Los grandes hombres, con su ejemplaridad y sus teorías habían dado a las universidades la más alta atmósfera y la profunda tonalidad espiritual…...” (Pág. 79)
“Una burguesía rica, optimista, educada en tradición-limpia Traducción, no en turba y falsa como la nuestra sostenía todo el sistema. El tipo moral del hombre burgués dio a las escuelas los valores morales que les caracterizaron: Técnica, ciencia, enseñanza de Estado……” (Pág. 79)
“Y como cima de todo- flor y también fruto- se movía el ideal humanitario que Humboldt bien definiera: El ideal de la personalidad, realizándose en el plano de una educación estética-humanística. El Estado fuera-era también Estado idea……”
(Pág. 79).
“Pero he aquí que al avanzar la segunda mitad del siglo, aparecen en el escenario de Europa dos hombres, obstinados y terribles negadores, provenientes de las mas diversas concepciones filosóficas y diferentes por sus ideas morales. Y niegan los valores
culturales y humanos de la Universidad y del Estado. (…) Marx social; Nietzche, en nombre de una cultura que tenía que convertirse en sangre y gesto. ……” (Pág. 80).
“Y los teóricos procedentes de Marx, miraron como definitivamente exhaustos los ideales culturales de una burguesía que ya había perdido-como clase –toda significación histórica… (Pág. 80)
“Se empezó a hablar del hombre integral, del individualismo de la cultura, de la soledad creadora. En este punto preciso llegó la guerra. Y luego de la “crisis” de la post guerra, que en un sentido moral, no fue crisis, sino otro momento histórico al que ha seguido un cambio fundamental en la conciencia de la época. Después, la técnica. Y con ella el olvido de los ideales de la personalidad. El individuo se ha disuelto en función… (…)
Valer significa tener cosas y poder después convertirla en dinero……” (Pág. 80)
“La seguridad económica se ha problematizado con caracteres dramáticos. Y universales. Porque la burguesía se ha aniquilado como función económica y nutricia……” (Pág. 80).
“Prácticamente la Universidad ha dejado de ser la formadora de hombres, la engendradora de grandes ideales. Se resigna a se la gran expedidora de títulos y renuncia a la gran ambición que hiciera su pasada grandeza. La Universidad tiene las mismas grietas que el Estado (…) ¿Se salvará?”(Pág. 81).
“Todo depende, no obstante del rumbo que tome el Estado…” (Pág. 81)
“(...) Aplicándonos a observar el fenómeno universitario argentino tenemos que hacer un gran esfuerzo de acomodación a nuestra gran penuria (...). La Universidad, salvando lo que haya de salvarse, ha sido aquí una cosa de aproximación, un remedo, una imitación, en algunos aspectos deliciosamente cómica. Pero en su totalidad penosa…...”
(Pág. 81).
“Un grupo de jóvenes sintió en el 18, a lo vivo, el descontento de esa triste bufonada que era la Universidad, pretenciosa y estéril. Y de ese descontento nace la Reforma…...” (Pág. 81).
“¿La Reforma es la culpable del actual estado de cosas? ¡No! Ella ha servido sólo para desencadenar un movimiento de defensa mas vasto. Este aparato defensivo ha salvado
no a la Universidad, sino a “esa” Universidad. (Salvando lo que haya de salvarse, la Universidad Argentina solo produce “apuntes”. Es su gran producción científica. ¡Apuntes!…...” (Pág. 82).
“La Reforma, expresó, desde el comienzo de modo sin duda oscuro, un disconformismo
radical y total. Como diría gustosamente Ortega, su programa era “un repertorio vital”.
Se ciñó a un problema de maestros.
Alguno dijo que la “Reforma” era un camino que iba a dar un maestro. ¡Dramática y
dolorosa peregrinación en busca de un maestro! Eso, fue inicialmente la Reforma
Universitaria……” (Pág. 82).
“Se ha tornado después, por virtud de la misma ambición, en programa de Reforma
educacional total. Y luego de profundo cambio social.
Confluencia fecunda de un alma de maestro y de un alma de alumno, esa ausencia que
padecía y sigue padeciendo la Universidad Argentina……” (Pág. 82).
“¿Puede hablarse al cabo de 18 años de que el movimiento ha fracasado? Por lo menos
parece haber caído en un impasse prolongado. Pero no ha sido estéril……” (Pág. 82)
No habrá logrado de momento, un objetivo concreto o formal, pero el movimiento ha
servido para señalar con diamantina claridad el proceso de un mal, cuyas raíces
entroncan en lo social. Y ha adiestrado a generaciones maduras ya para hacer y
regir……” (Pág. 83).
“…..hoy se sabe que no habrá verdaderamente Reforma mientras no se reforme
profundamente la estructura del Estado……” (Pág. 83)
“Lo social si, Pero, el hombre también. No todo ha de resolverse en el simplismo-
dramático, sin duda- de la política. Se denuncia ahí flagrante, “la crisis de una cultura”.
El problema político se torna inseparable del “problema de la cultura”. He aquí, una
zona desatendida en el paisaje de la Reforma. No verla con anticipada claridad sería, a
esta altura un mal síntoma……” (Pág. 83)
En este artículo, Deodoro reflexiona sobre el proceso de la relación Estado-Universidad en el mundo Europeo. Toma los valores de la Universidad, que él entiende como esenciales a su práctica, como un resultado del rol de la burguesía en ascenso. A posterior toma el pensamiento revolucionario de dos intelectuales que irrumpieron en el firmamento del Estado Burgués para cuestionar su ideología desde dos perspectivas diferentes. Deodoro, aparece aquí, sumamente influenciado por los mismos, a través de su visión de que la institución Universitaria ha renunciado a sus grandes ideales. Señala que se han convertido en expendedoras de títulos renunciando a sus grandes ideales.
El tipo moral del hombre burgués dio a las escuelas los
valores morales que les caracterizaron: Técnica, ciencia, enseñanza de Estado……”
(Pág. 79)
“Y como cima de todo- flor y también fruto- se movía el ideal humanitario que
Humboldt bien definiera:
El ideal de la personalidad, realizándose en el plano de una
educación estética-humanística. El Estado fuera-era también Estado idea……” (Pág.
79).
Rápidamente, enuncia que la Universidad en Argentina es un remedo de las instituciones Europeas. Su crítica es despiadada.
“La Universidad, salvando lo que haya de salvarse, ha sido
aquí una cosa de aproximación, un remedo, una imitación, en algunos aspectos
deliciosamente cómica. Pero en su totalidad penosa……” (Pág. 81).
Rescata la Reforma como esencialmente un movimiento que pone al descubierto tal situación. Para él existen tres claras etapas en su desarrollo. La primera cuyo objetivo era el de cambiar radicalmente la relación estudiante maestro y máas que eso la de desarrollar una institucionalidad diferente del magisterio. La segunda, que como consecuencia del proceso de maduración del proceso reformista plantea la reforma integral del sistema educativo y la tercera la entronca con el necesario cambio social.
Enuncia el fracaso del movimiento reformista:
“¿Puede hablarse al cabo de 18 años de que el movimiento ha fracasado? Por lo menos parece haber caído en un impasse prolongado. Pero no ha sido estéril. No habrá logrado de momento, un objetivo concreto o formal, pero el movimiento ha servido para señalar con diamantina claridad el proceso de un mal, cuyas raíces entroncan en lo social. Y ha adiestrado a generaciones maduras ya para hacer y regir……” (Pág. 83).
La Reforma ha servido para denunciar, pero no ha podido transformarse en hecho hegemónico. Deodoro, se da cuenta y enuncia, la necesaria vinculación entre cultura y
Estado.
Reconoce que pretender cambiar las estructuras de la Universidad, es prácticamente imposible sin cambios en la cultura social y en el Estado. Rescata el valor de la Reforma, pero reconoce que no es suficiente ni posible una revolución en los claustros
sin cambios de carácter sistémico:
El problema político se torna inseparable del “problema de
la cultura”. He aquí, una zona desatendida en el paisaje de la Reforma. No verla con
anticipada claridad sería, a esta altura un mal síntoma……” (Pág. 83)
“…..hoy se sabe que no habrá verdaderamente Reforma mientras no se reforme profundamente la estructura del Estado……” (Pág. 83)
En realidad, aparece un lenguaje inusual en el ideólogo de la reforma. Un dejo de escepticismo lo atraviesa. Por supuesto La Reforma sirvió, pero no es mas que un grito
que deviene en una práctica a lo sumo ritual.
“¿La Reforma es la culpable del actual estado de cosas? ¡No! Ella ha servido sólo para desencadenar un movimiento de defensa mas vasto. Este aparato defensivo ha salvado no a la Universidad, sino a “esa” Universidad. (Salvando lo que haya de salvarse, la Universidad Argentina solo produce “apuntes”. Es su gran producción científica. ¡Apuntes ¡……” (Pág. 82).
Con la palabra apuntes, Deodoro sintetiza la mediocridad y la falta de autonomía intelectual mas la deshumanización de la relación estudiante-maestro. Sintetiza el estado que el visualiza en la Universidad Argentina. Profesores y alumnos que repiten las preguntas y las repuestas preconcebidas.
Nada más ajeno al pensamiento de Deodoro Roca sobre el rol de la Universidad.
Sin embargo su enunciado sobre la vinculación entre Cultura y Política nos permite darnos cuenta de las dificultades de un cambio significativo, sin concebir el Estado desde una perspectiva diferente. Esta vinculación que él establece en esta etapa de su vida, permite darnos cuenta que lo ideológico no puede subsumirse en la Universidad.
En suma, ésta salvo cambios estructurales en palabras propias de Deodoro, difícilmente pueda lograr el ideario Reformista. En su discurso toda la reforma implica un ideario de valores morales, pensamiento crítico, y una relación de enseñanza basada en el amor.
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