ENSAYO SOBRE DEODORO ROCA - Palabras sobre los exámenes

Palabras Sobre Los Exámenes
1930
Publicado en noviembre de 1942 en la revista del Instituto Pedagógico de la Escuela Normal Superior de Córdoba, dirigida por Saul Taborda

                                                                                                                                               Agosto 2018
                                                                                              Por Prof. Dr. Eduardo Dalmasso

“El alumno acude con su número. (…) Todo esto será tuyo si me respondes estas preguntas, si tienes suerte con estas bolillas desde donde te miro……” (Pág. 75)

“Lo humano, lo verdaderamente humano, sería irle apuntando, a lo largo de su vida de aprendizaje, que cosas y que ideas no “parecen” convenirle; que cosas y que ideas le sería de fácil adquisición…El problema del adiestramiento, la elección del trabajo fértil, el de la educación “total”, en suma es el que debiera mantener alerta la mente de los maestros……” (Pág. 76)

“Una vida exige rumbos nuevos. La verdadera educación – muchas veces lo leímos, pero poco lo vimos practicado- es tanto como ensayo de desarrollar la atención, el deseo de comprender, el respeto a lo que comprendan, deseen y digan los demás. Rigor para sí, justicia para los otros. Atención para todo y para todos. …” (Pág. 77)

“La verdadera educación, la formación que ella anhela, debe ser siempre abierta. Y no debe fomentar la fe, sino la duda; no la credulidad; sino la oportuna y desnuda pregunta……” (Pág. 77)

“La falsa educación- y entiendo por educación la formación integral-, la que tiene su heráldica el examen, la educación juego, azar, lance, ominosa aventura, se nutre necesariamente de respuestas oficiales a preguntas mas” oficiales “ todavía.(…) Conforme observa Bertrand Russell, va concebida “como medio de adquirir un poder sobre el alumno y no de favorecer su futuro desarrollo…...” (Pág. 77)

“¡Menos loterías señores profesores! Los exámenes, las verdaderas pruebas, - aunque así se llamen-, deben cifrarse no en las respuestas de los discípulos, sino en sus preguntas. De la desnuda y oportuna pregunta del discípulo debe inferirse su curiosidad, su capacidad, su aptitud, la calidad de su espíritu, su grado de saber y su posibilidad…...” (Pág. 78)


Reflexiones:


Deodoro, 12 años después del manifiesto liminar expone con meridiana claridad lo que piensa sobe la relación discípulo-maestro.
Sigue siendo su preocupación manifiesta, la educación integral. A esta siempre la concibe como un proceso en el cual los discípulos van desplegando todos sus talentos, bajo la atenta mirada de sus maestros. Por cierto, esta exposición supone la calidad humana del maestro y la posesión de una mente inquisitiva. ¡Tamaño supuesto!
Detesta el sistema que se basa en la memoria. Es muy claro sobre las consecuencias de este sistema, al expresar que la modalidad de exámenes, para repetir respuestas oficiales, atenta contra el desarrollo, del espíritu, de la mente y sobre todo de la libertad personal. El crecimiento espiritual, y la libertad son obsesiones de Deodoro. No concibe la educación si está no contribuye al crecimiento de la persona, enriqueciendo su espíritu crítico. No tiene límites a este respecto. Detrás de todos sus discursos aparece un pedagogo profundamente humano y respetuoso del otro. Manifiesta nuevamente en este escrito su desagrado ante los métodos tradicionalmente usados para verificar el desarrollo de los estudiantes. Su visión, no hay duda, responde a una concepción de la educación que excede largamente las experiencias que conoce y denuncia.

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