ENSAYO SOBRE DEODORO ROCA - La Universidad y el espíritu libre

LA UNIVERSIDAD Y EL ESPÍRITU LIBRE

“Que dicha de vivir en tiempos tan trascendentales”
(León Trostky , al inaugurar la tercera internacional)

Discurso pronunciado en representación de la FUC y de la Universidad de Córdoba, al inaugurarse la Facultad de Ciencias Económicas del Litoral. Rosario. Enero de 1920.

                                                                                                                               08 Agosto, 2018

Por Prof. Dr. Eduardo Dalmasso

“Vivimos una hora solemne. El mundo está preñado de acontecimientos. El grandioso proceso de renovación se adueña de las ideas, de los seres y de las cosas. Está anunciando el advenimiento del hombre…...” (Pág. 49)

“Nada mas doloroso y trágico, en la historia de la servidumbre, que la servidumbre de la inteligencia, la servidumbre de la cultura, de la profesionalidad de la cultura…...” (Pág. 49)

Con razón ha podido decir Gorka a Romain Rolland, al pedirle que escribiera la vida de Beethoven: “Nosotros, los adultos, los que pronto dejaremos este mundo, legaremos a nuestros hijos una herencia bien pobre, una vida bien triste. Esa estúpida guerra es la prueba evidente de nuestra debilidad moral, del empobrecimiento de nuestra cultura……” (Pág. 50)

“La servidumbre de la inteligencia, que analizara D’Ors en un áureo libro, aliada con el optimismo cobarde, es el más fuerte puntal de las armazones actuales. Ahita de la presente, temerosa del futuro, prostituye a la ciencia que, según es sabido, en su más pura y elevada forma sólo da a la humanidad las armas para la lucha y para el progreso, sin preocuparse de cómo se aprovecharán estos medios.

Es por eso que llamada a ocupar posición en la gran lucha de intereses colectivos en que ha entrado el mundo, se apresta a defender el Orden, ese orden que amparan su hartazgo, su insensibilidad y su cobardía. Se llama así misma” la clase intelectual”, “la clase inteligente” ¡Oh función de las clases: oh encanallados funcionarios!......” (Pág. 50-51)

“El punto mas elevado de la conciencia humana es la Idea del Hombre. La consigna oscura, tácita, del siglo XIX fue ésta: hay que desintegrar la educación que pide el desenvolvimiento de todas las fuerzas y sentimientos humanos, dentro de la ética de la educación para el trabajo que apareja la necesidad de dotar a todo hombre de la conciencia cultural- esa inmensa perspectiva de educación social, anticipada por los mas puros pensadores y entrevista ya en la República de Platón. Lo que por si sola no haga la potencia de los instrumentos centrales de dominación, deberá ser realizado por los 
lacayos de la inteligencia……” (Pág. 51)

“Desde entonces se distribuye con férrea consigna, por escuelas y universidades, un ejército resonante de asalariados intelectuales, de domésticos doctorados, de dómines verbalistas y pedantes, de parásitos de la cultura……” (Pág. 51)

“A una libertad y a una igualdad puramente teóricas del ciudadano, en el estado político- conquista suprema de la nueva clase dominante, arrojada al dolor de los eternamente vencidos-, corresponde, todo a lo largo del siglo XIX, una abyecta esclavitud y desigualdad económicas. Este orden de cosas se legaliza……”. (Pág. 52)

“Cunde el virus de la “democracia” parlamentaria. Como dice Taborda, “posee la virtud de la sombra del manzanillo para la fecunda inferencia”. Crea una peligrosa y enervante ilusión colectiva……” (Pág. 52)

“De ahí esa ignominia, que separa, desde los primeros bancos de la escuela, a los hijos de los pobres de los hijos de los mas ricos; de ahí esa prolija enseñanza unilateral y sólo calculada que se insinúa en la ramazón de las clases…...” (Pág. 52)

“Pero si los poderes de privilegio, de mentira, de dominación, proseguían tenaces en su obra de aletargar la conciencia histórica, el instinto vital reaccionaba con creciente eficacia. A costa de infinitos dolores la rebeldía surgió en el campo proletario……” (Pág. 53).

“Y los jóvenes tomaron las Universidades proclamando el derecho a darse sus propios dirigentes y maestros. Pero bien pronto, acicateados por esa misma honda y lejana inquietud, van comprendiendo que el mal de las universidades es un mero episodio del mal colectivo, que la institución guarda una correspondencia lógica con las demás instituciones sociales, que el problema ya no es sólo el de darse buenos o malos maestros…...” (Pág. 54).

“En el antiguo régimen, los buenos maestros tenían que ser, fatalmente, los peores maestros. Mansamente se seguirá cumpliendo la obra de mutilación del hombre, en las especializaciones profesionales y de clases……” (Pág. 54)

“El problema es muy otro ya. Mientras subsista la odiosa división de clases, mientras la escuela actual- que sirve cumplidamente a esa división- no cambie totalmente sus bases, (…), las universidades- a despecho de unos pocos ilusos-seguirán siendo lo que son, lo que tantas veces se ha dicho de ellas:”fábricas de títulos”, o vasta cripta, en donde se sepulta a los hombres que no pueden llegar al hombre......” (Pág. 54-55)

“Por el otro, la urgencia de macerarse cuanto antes para obtener el anhelado título. Y, como siempre ha acontecido, la inteligencia libre y pura estará ausente; la ciencia que se supera oficiará ante otros altares…...” (Pág. 55)

“Los problemas iniciales de la reforma han sido superados. Un fuerte soplo de vida corre por el mundo aventando las cosas muertas, ¡Cuidado a una concepción fragmentaria del hombre ha sucedido una concepción integral, henchida en la sustancia de su propio destino…….!” (Pág. 55)

Reflexiones:

Deodoro, desarrolla en forma mas acabada su pensamiento sobre lo que significa la educación para él. Deodoro no concibe la educación que no contribuya a la cultura integral del hombre. Expresa concretamente que una Universidad que solo produce profesionales, o disciplinas especializadas sin trabajar sobre el espíritu del hombre, contribuye de hecho a desarrollar personas incompletas y de hecho al servicio de las clases dominantes. A Deodoro le desespera la carencia de espíritu crítico de los que así se forman. No usa la palabra, pero se desprende que los considera eunucos ante la vida y 
la sociedad. Todo se resuelve en esas circunstancias por una búsqueda de lucro, en donde el otro no existe. Considera que para estas personas los acontecimientos le son indiferentes en tanto no influyan en los resultados de su búsqueda de bienestar. Los cambios que ocurren en el mundo son indudables, lo influyen fuertemente:

“La servidumbre de la inteligencia, que analizara D’Ors en un áureo libro, aliada con el optimismo cobarde, es el más fuerte puntal de las armazones actuales. Ahíta del presente, temerosa del futuro, 
prostituye a la ciencia que, según es sabido, en su más pura y elevada forma sólo da a la humanidad las armas para la lucha y para el progreso, sin preocuparse de cómo se aprovecharán estos medios “(Pág. 50-51)

Su análisis del sistema educativo como instrumento del sistema de dominación y sus carencias para resolver las injusticias, aparece en esta locución en forma muy clara.
Aparece un llamado a resolver las injusticias, que los líderes de la revolución bolchevique han logrado poner en el tapete.
Sin embargo, su discurso no deja de ser idealista. No provee de herramientas para la acción. Solo apela a su profunda convicción que la educación debería servir para otros fines.
Es indudable que la Reforma lo ha puesto en el escenario público y que esto le sirve para expresar sus convicciones.
No necesariamente estas convicciones aparecen como propias del movimiento. Al menos de esta alocución, no surge material concreto para interpretarlo de esta manera.
Deodoro no hace referencias a compañeros de lucha. Acude a la reforma como un hito, pero de alguna manera su estilo la despersonaliza.
Su discurso es avasallador, y por cierto ante el mundo de su país, aparece como una ofensiva ante los poderes conservadores.
Trata de movilizar a sus oyentes, pero lo hace desde una posición de ciudadano del mundo. El lenguaje que utiliza, revela un espíritu cultivado, y una gran medida de frustración por un sistema que contribuye desde su perspectiva a la mediocridad de los ciudadanos. Invoca a Trostky, pero su discurso está dirigido a las élites.
No es un discurso para agitar referentes sociales en condiciones de movilizar las masas, sino un nuevo llamado a la reflexión sobre la función de la educación. Obviamente vuelve a plantear, que esta fábrica de títulos que encierra la tarea universitaria, necesariamente la degrada, ante la ausencia del predominio del pensamiento científico y de un pensamiento crítico que pueda proveer las conformaciones de elites ilustradas y progresistas para dirigir el país. Desde ese punto de vista, y la luz de la evolución social de Argentina, su denuncia aparece como un llamado de atención, premonitorio, a lo que luego, consideramos, se agrava y se profundiza en términos de elites del poder.

D’Ors y Taborda son sus referentes claves en el armado de sus enunciados, No hay duda que estos autores son fuente de consulta de sus lecturas, al igual de lo que Ortega y Gasset le informa y le enriquece. Quizás, lo fundamental de esta alocución, sea esta vinculación que establece entre la pobreza de la institución universitaria tal cual el la visualiza y la conformación y gestión de la sociedad.

“Y los jóvenes tomaron las Universidades proclamando el derecho a darse sus propios dirigentes y maestros. Pero bien pronto, acicateados por esa misma honda y lejana inquietud, van comprendiendo que el mal de las universidades es un mero episodio del mal colectivo, que la institución guarda una correspondencia lógica con las demás instituciones sociales, que el problema ya no es sólo el de darse buenos o malos maestros…...” (Pág. 54)

Desde su primer discurso, tomado como referencia va quedando muy en claro, que Deodoro, quisiera rescatar al hombre de su mediocridad. –sencillamente no la tolera y esto es su fuente de preocupación. Es sensible ante las injusticias pero el centro del debate que trata de establecer ante la sociedad se centra en la idea de la función educativa y el enriquecimiento de la conciencia de los ciudadanos. Fundamentalmente de los que concurren a la universidad. Pero acepta y desarrolla la idea que el problema excede la caracterización de buenos o malos maestros, además de extender su discurso integrando al sistema educativo en su conjunto, e indagando sobre las causas de lo que el visualiza como la decadencia del espíritu:

“El punto mas elevado de la conciencia humana es la Idea del Hombre. La consigna oscura, tácita, del siglo XIX fue ésta: hay que desintegrar la educación que pide el desenvolvimiento de todas las fuerzas y sentimientos humanos, dentro de la ética de la educación para el trabajo que apareja la necesidad de dotar a todo hombre de la conciencia cultural-esa inmensa perspectiva de educación social, anticipada por los mas puros pensadores y entrevista ya en la República de Platón. Lo que por sí sola no haga la potencia de los instrumentos centrales de dominación, deberá ser realizado por los lacayos de la inteligencia……” (Pág. 51)

Concluye su alocución, haciendo referencia a los problemas iniciales de la reforma y su reencauzado, pero no las detalla. Como en la misma, hace comentarios respecto a la superación de lo fragmentario, se debe estar refiriendo a las discusiones sobe el alcance e ideología del movimiento. Vuelve a enfatizar su desprecio por los que no dimensionan el significado de cultivar un espíritu libre y una cultura que permita comprender más allá de lo técnico. Lo viene expresando en cada uno de sus discursos. Pero en este pone, un fuerte acento en un concepto luego conocido como Pensamiento cipayo. El no lo denomina así, pero las fuerzas de sus palabras son aún más severas.

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