EL PROCESO DE GÉNESIS Y EXPANSIÓN DE LAS CRISIS ECONÓMICAS (XIII-A)
EL
PROCESO DE GÉNESIS Y EXPANSIÓN DE LAS CRISIS ECONÓMICAS (XIII-A)
16 de Octubre de 2019
Por Prof. Doctor Eduardo Dalmasso*
El Mundo Capitalista en la post crisis
Culmino la saga (ALFIL DIARIO), con la idea
de haber explicitado con cierta claridad los orígenes de los ciclos de auge y depresión del sistema
capitalista, a través de la exposición de lo sucedido, fundamentalmente en el
Centro Imperial de Occidente. Creación y destrucción en estrecha simbiosis,
como ya fue bien explicitado por Joseph Schumpeter y Carlos Marx, entre otros
estudiosos de la economía capitalista.
Mi propósito fue
demostrar, por fuera de los cánones marxistas, que el comportamiento del
sistema capitalista, si bien es errático y de ello su carácter destructivo, es un sistema que
lleva por su propia dinámica estructural a la superación de estadios anteriores,
aunque siempre dentro de ciclos de
expansión y depresión como producto del desacople entre la oferta y demanda.
Esto sumado a la incidencia fuertemente significativa del propio circuito de
obsolescencia tecnológica. De ello mi apartamiento del carácter determinista de
los sociólogos y economistas que, siguiendo la tradición marxista, prevén de alguna manera el fin del capitalismo.
Desde mi punto de vista,
este suceso es imprevisible; quizás por la naturaleza del propio capitalismo
llevado al extremo de la automatización, el que termine derivando hacia un
sistema de administración totalmente diferente a lo que caracteriza su proceso
de expansión, en los últimos 200 años. Sin embargo, apreciación es futurismo.
Por lo tanto, no tiene más valor que una presunción optimista sin demasiado
fundamento, por lo menos por ahora.
Todo lo expresado
anteriormente, no intenta significar que el Capitalismo imparta justicia. Es
imposible pedirle eso, por la propia lógica de destrucción y reconstrucción que
conlleva el cambio en los modelos de producción. Los mercados se van conformando, y de la
forma que se constituye la oferta, aparecen fenómenos importantes como la
regresión en la distribución de los ingresos, luego de ciclos de expansión en los
que el proceso se muestra o produce mayor equidad. Esto sucede como
consecuencia de la concentración del capital y de la implementación de medidas
fiscales basadas en alentar la oferta.
Este proceso que hemos
descripto detalladamente en anteriores artículos, nos lleva a rescatar el pensamiento
Schumpeteriano, en lo que se refiere a la importancia de las élites políticas
en la conducción del Estado. Al
respecto, es interesante señalar la correspondencia del pensamiento del
economista y sociólogo Austro-Norteamericano, con el propio pensamiento
Leninista. Por otra parte, la propia
experiencia (ya no de los países subdesarrollados, como sería el caso de
Argentina, sino de los que se configuran en el centro del sistema), demuestra la importancia de las elites políticas en el
gobierno, sujeto a procesos complejos y con muchos factores imprevisibles. (Bruno Latour- Nunca fuimos modernos).
Si lo anterior es válido para los países de mayor desarrollo,
¿qué cabe decir para los de menor soporte del Capital productivo, cuyo desafío
es el de surfear las tormentas propias del sistema, partiendo de un nivel de
vida o marginalidad mucho más amplio, que lo que sucede por ejemplo en Europa,
Japón o en el propio EEUU?
Dicho de otra manera, si
las elites preparadas para gobernar son imprescindibles en el mundo
desarrollado, esta exigencia (en mi opinión) se acrecienta en países que tienen
que lograr reducir los niveles de pobreza, a través de procesos de desarrollo
sostenibles. Esto no es una utopía, los ejemplos observados en mis escritos de la serie demuestran que es posible; siempre que haya
un alineamiento respecto a ciertos valores, principios y modelos que permitan al conjunto de la
sociedad avizorar un cambio concreto en las condiciones de vida.
Estos procesos son
lentos; y, cuando aparecen fenómenos de grandes cambios, en muy poco tiempo,
atendiendo la experiencia de Argentina. De esta manera, quedan bajo las
apariencias de un gran desarrollo, las fallas estructurales y sociales que
pueden persistir por muchísimo tiempo. Con esto me refiero al vertiginoso crecimiento (aunque de características
dependientes), que vivió Argentina entre 1880 y 1930. Esta es una apreciación que, con suma claridad,
expuso en sus escritos Roque Saenz Peña,
quien fuera el presidente que promulgó la ley electoral que posibilitó la
destrucción del modelo oligárquico. (1918. Raíces y valores del movimiento
reformista-UNC).
Un rasgo común en los
países que han logrado despegar de una situación de subdesarrollo a un nivel superior, se refiere a la emergencia
de los liderazgos adecuados, la capacidad de ahorro que pueda generar el modelo
y la profundización del sistema educativo
y científico tecnológico, como partes indisolubles de un proyecto común.
Cualquiera de esos factores que falten, implicará que el proyecto que se trate,
no tenga éxito. El crecimiento por invitación, como se denominó a los países
del sudeste asiático por la apertura del mercado norteamericano, sólo pudo ser
aprovechado por la capacidad de integrar los factores aludidos.
No se puede transformar al Capitalismo en un mito
El comportamiento de las
economías capitalistas es de carácter cíclico y fue un grave error de los
centros académicos “avanzados”, pensar y proponer que los instrumentos de la política económica
eran suficientes para impedirla o simplemente negar su posibilidad. La crisis
del 2008 dio la respuesta adecuada al pensamiento de carácter idealista.
(Krugman Paul- The Return of Depression Economics).
La violencia destructiva
de la crisis del 2008, anunciada por sucesivos estallidos financieros previos a
la misma y los propios costos sociales del modelo de reproducción del capital
desarrollado a partir de los setenta (crisis del petróleo y cierre de la
equivalencia en oro del patrón dólar), han puesto al centro imperial en la
necesidad de rever políticas, por sus efectos al interior de la propia potencia
hegemónica. A esto se agregan dos
factores que hacen más complejo el panorama:
Por un lado, la
dificultad del actual Gobierno de los EEUU en darle solución a la crisis en los
términos de proteccionismo. Hoy, el proteccionismo encontrará muchos obstáculos,
debido a la interpenetración de los grandes oligopolios nacionales en los
distintos espacios del capitalismo mundial. La conformación de una burguesía
mundial, arraigada en gigantescas empresas que, pese a su base nacional, operan
en un sinnúmero de países, hace que la opción proteccionista en el mundo (tal
cual se ha venido conformando), produzca costos imprevisibles dentro del campo
de la economía y de la política.
El segundo factor refiere
a que lo que está en juego. No es la primacía del centro imperial en términos
de corto plazo, sino la disputa por la supremacía tecnológica a mediano plazo.
Los actuales choques, ponen de
manifiesto que Washington y Pekín están cayendo por la pendiente de la trampa
de Tucídides. (Tucídides: relator de las guerras del Peloponeso) Dicho de otra
manera, EEUU como potencia líder, recela
(al igual que Esparta de Atenas) del poder emergente de China y ha decidido
evitar por todos los medios perder su supremacía planetaria; esto porque, tanto
EEUU como China, son conscientes de que su prosperidad, solidez económica y
seguridad militar dependen de la capacidad e influencia internacional de su
liderazgo tecnológico.
*Eduardo Dalmasso es
Doctor en Ciencia Política. (UNC-CEA)
Editor del Blog: Miradas
políticas y otros enfoques
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