EL PROCESO DE GÉNESIS Y EXPANSIÓN DE LAS CRISIS ECONÓMICAS XIII - B
“Nada más doloroso y trágico, en la historia de la servidumbre, que la
servidumbre de la inteligencia, la servidumbre de la cultura, de la
profesionalidad de la cultura (…).”
(Deodoro Roca- La Universidad y el espíritu libre)
El Proceso de
Génesis y Expansión de las Crisis Económicas (XIII-B)
Por Prof. Doctor
Eduardo Dalmasso
30 de Octubre de
2019
Realidades de
principios del siglo XXI
La realidad de hoy, nos dice que entre China y el resto de
países desarrollados al calor del mercado norteamericano, ha pergeñado otro gran centro de desarrollo
capitalista, profundamente imbricado con las economías occidentales.
Dentro de este juego de expansión del capital y el
sostenimiento de ventajas relativas de la productividad, Europa trata de
sostener su ambicioso proyecto de unidad, con muchísimas dificultades y
desafíos para sostener su desarrollo en condiciones competitivas con el resto
del mundo. En su caso particular: el desconcierto de la clase política
Británica (agudizada por el Brexit) y los brotes populistas de características
xenófobas, muestran muy bien el estado de confusión reinante, que es propio de
los momentos de quiebre de una determinada onda de desarrollo. En esas
condiciones, a su moneda (Euro) le cuesta mucho no estar subordinada a la
hegemonía de la moneda norteamericana.
El estallido del
2008
Los procesos de crisis, ocurren porque en la economía
se produce un nivel de bienes y servicios que no encuentran su
contrapartida en la demanda efectiva del mercado. Esto sucede, en parte,
porque el excedente destinado a los beneficios del sector capitalista, no
encuentra oportuno y rentable reinvertir sus fondos, sea por
razones de expectativas, de cambio tecnológico o bajas de la tasa de retorno
del capital. De ello sus fluctuaciones periódicas. Es decir, cuando el total de
excedentes no encuentra su contrapartida en tasas de inversión en bienes
reproducibles que lo absorban, comienzan a existir problemas respecto a la
mantención del nivel de actividad y de la tasa de ocupación. Esto también tiene
que ver con la etapa del ciclo del modelo tecnológico imperante y las
políticas fiscales de los países dominantes.
En el caso particular de los EEUU, la paradoja consiste en
que las grandes corporaciones protegidas por el estado imperial (por su particular
desarrollo Global), generan intereses estratégicos propios, que pueden no coincidir
con los del conjunto de la Sociedad norteamericana.
A propósito de la explicación sobre la generación de los
procesos de crisis, he descripto que: “Los años previos a los fenómenos de crisis,
están estrechamente relacionados con ciclos de auge u optimismo generalizado,
adopción de procesos de liberalización y desregularización financiera; altas tasas de interés que incentivan
el ingreso masivo de capitales especulativos de corta permanencia, euforia
crediticia de alto riesgo, incremento en precios en activos que generan
burbujas especulativas, excesivo endeudamiento externo público y privado, que
al llegar al final del ciclo se suman a la fragilidad económica y bancaria de
los países y terminan en colapsos cambiarios y/o bancarios”. (Art. 11vo. ALFIL
DIARIO-27-08)
En este marco, vale aclarar que el imperialismo se
manifiesta en el poder de un Estado (originalmente la polis), tratando de
extraer recursos del resto del mundo. Para ello, se pone en juego el
financiamiento externo para sostener su
nivel de gasto, y/o las típicas ventajas propias del dominio del mercado, fundadas
en sus ventajas respecto al valor agregado que le otorgan sus tecnologías de punta, ligadas a un mercado de
capitales, que actúa como bomba de succión. Esto no excluye el uso de la fuerza
cuando las condiciones de riesgos de sus supremacías están en juego. Recordemos
la ocupación de países centroamericanos, la invasión a Irak o Afganistán, entre
otros; algunos de ellos fallidos como la guerra en Vietnam, o el apoyo a las
dictaduras militares en América latina.
Un mundo multipolar
De mis observaciones respecto a la experiencia
histórica y la propia dinámica del capitalismo, surge el reconocimiento
de la necesidad de dicho sistema económico y social, de una permanente
expansión de los mercados, para poder sostener la tasa de beneficios, en
función del mantenimiento y la búsqueda de un crecimiento de la demanda
efectiva. Esto no sólo sucede en el Centro imperial, pero es en éste en donde
más ostensible aparece la mecánica del proceso capitalista.
El problema para el Centro imperial, es cuando aparecen
jugadores con distintas potencialidades de expansión o de capacidad bélica y
tecnológica, que aún sin llegar al poderío de la China Continental, presentan
capacidades que obstruyen su hegemonía, y con los cuales tiene que acordar o eliminarlos
del juego. Lo que implica decisiones estratégicas de largo alcance. Me refiero a
países como la India, Irán, Rusia, Corea del Norte, e incluso Brasil, a pesar de su actual
debilitamiento político y económico. Dentro de ese juego, se fundamentan las estrechas
alianzas con algunos países; tal es el caso
Israel, Canadá o Gran Bretaña y anteriormente Europa
Occidental, con quien hoy se presume una relación dañada por el intento de
políticas proteccionistas de los EEUU.
Sin duda, el actual proceso de entendimiento político y
asociación económica entre la Rusia capaz de ocupar Crimea contra la voluntad
de Occidente y la China Continental, dará lugar a un nuevo escenario
geopolítico con consecuencias en la disputa no sólo de poder, sino de la propia
competitividad. Este es un desafío que
emerge en parte, de la propia estrategia de confrontación norteamericana.
Lo que nos recuerda
Paul Kennedy, en su libro “Auge y
caída de las grandes potencias”…
“Una vez aumentada
su capacidad productiva, los países encontraban normalmente más sencillo
soportar el peso de pagar armamento a gran escala en tiempos de paz y mantener
y abastecer mayores ejércitos en tiempos de guerra. Dicho así parece
brutalmente mercantilista, pero por lo general se necesita de la riqueza para
sostener el poder militar y del poder militar para adquirir y proteger la
riqueza. Sin embargo, si una proporción excesiva de los recursos del Estado se
desvía de la creación de riqueza para colocarla en objetivos militares, esto
puede conducir a un debilitamiento del poder nacional a largo plazo. De la
misma manera, si un Estado se excede estratégicamente —digamos por la conquista
de territorios extensos o el mantenimiento de guerras costosas—, corre el
riesgo de que los beneficios potenciales de la expansión externa sean superados
por el enorme gasto del proceso, problema que se agudiza si la nación
involucrada ha entrado en un período de declive económico relativo.”
Algo de lo que señala
Kennedy de la experiencia histórica, estaría sucediendo en el centro
imperial que el gobierno norteamericano pretende revertir sin demasiado éxito o,
quizás mejor dicho, sin demasiada claridad.
Entrar en la economía Mundo, significa considerar un nuevo
orden; que si bien es liderado por los EE.UU ante la implosión de la
URSS, en los hechos aparece jaqueado por sus contradicciones de intereses,
por la existencia de nuevos protagonistas y por la fase en que se
encuentra el desarrollo capitalista. La gran paradoja de la época, es que el
poder atómico sirve para muchas cosas menos para hacer la guerra. En suma,
mantener el poder hegemónico hoy, es mucho más costoso en términos políticos y
de bienestar que en la inmediata posguerra. Observemos que el presupuesto
militar de EEUU insume el 20 % del presupuesto del Estado, en paralelo con el
incremento de la deuda externa; si bien se puede deducir que en gran parte lo financia el resto del mundo, también es
cierto que parte de esto, lo paga el conjunto de la sociedad norteamericana.
Por supuesto, la incidencia de esta carga en Rusia es mucho mayor, dado que es
fundamentalmente un estado militarizado.
Es difícil prever cómo sigue esta historia; sin embargo, los
gobiernos de países como el de nuestra Argentina, no pueden dejar de tomar nota
que el mundo de la post guerra fría ha cambiado abruptamente. Por lo pronto,
las relaciones de fuerza cambian aceleradamente.
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