ESTRATEGIA Y ESTRATEGOS EN UN MUNDO INCIERTO

 ESTRATEGIA Y ESTRATEGOS EN UN MUNDO INCIERTO

Por Eduardo Dalmasso*

Para Alfil Diario. Junio 2022

¡Un mundo surrealista!

Todos sabemos que   el   mundo   afronta una etapa de complejidad creciente, no será la primera ni la última.  Bástenos   pensar   en las consecuencias del descubrimiento de América o de la electricidad para dejar de sorprendernos.

La tasa decreciente de estabilidad de las novedades tecnológicas y de los cambios en los comportamientos sociales y políticos   sitúan   a esta etapa de la sociedad mundial y a las diferentes naciones en un conglomerado de situaciones emergentes y de difícil pronóstico. Podemos citar entre ellas: la Invasión Rusa a Ucrania, la Pandemia, la reacción de Finlandia y Suecia ante la agresión rusa, la tasa de inflación emergente en los países centrales, la crisis del empleo y las variaciones de precio de las materias primas.

Estas situaciones dificultan seriamente la previsión de los escenarios posibles y, valga la paradoja, esas dificultades requieren   de visualizaciones necesariamente imaginativas, bajo la condición de entender la precariedad de cada uno de los supuestos en los que se engarzan o fundamentan.                                                                                                                    Ante los que dicen que todos estos fenómenos estaban precedidos de indicios ciertos, cabe decirles que las sociedades no son lideradas por rastreadores de fenómenos ocultos o semiocultos, sino por los intereses relevantes que priman en la vida social y política dentro de una etapa dada.  Esto se aplica para la pandemia del Covid, o para el ataque Ruso a Ucrania, como se pudo apreciar en la sorpresa que provocó a la mayoría de los gobernantes de Europa.  Los servicios de Inteligencia de los EEUU tuvieron cierta previsión, pero fueron sobre tiempos cercanos al desenlace y quizás interesados en que ocurriera. 

Parte de estas afirmaciones pueden ser comprendidas a partir de la reflexión que surge de lo que Nicolás Taleb, de forma paradigmática, ha bautizado como “Cisne negro”. Con esta expresión el autor se refiere a sucesos sumamente raros que se explican por estas tres condiciones:

Primero, es una rareza, pues habita fuera del reino de las expectativas normales, porque nada del pasado puede apuntar de forma convincente a su posibilidad. Segundo, produce un impacto tremendo. Tercero, pese a su condición de rareza, la naturaleza humana hace que inventemos explicaciones de su existencia después del hecho, lo que lo hace explicable y traducible (ilusión del conocimiento retrospectivo).

Textualmente de este autor y de nuestra cosecha:

“Imaginemos simplemente qué poco de nuestra comprensión del mundo en las vísperas de los sucesos de 1914 nos habría ayudado a adivinar lo que iba a suceder a continuación ¿Y del ascenso de Hitler y la posterior guerra? ¿Y de la precipitada desaparición del bloque soviético? ¿Y de la aparición del fundamentalismo Islámico? Y de la difusión de Internet, ¿Y de la crisis bursátil de 1987 (y de la más inesperada recuperación)?  Agregamos nosotros ¿Y el precio del petróleo por arriba de los 100 dólares?” “Su posterior baja” y su abrupta subida ¿Y la crisis bursátil y bancaria del 2007/2008 a costos aún superiores a las precedentes? (…)” “la crisis económica internacional que explota en el 2008” “O los recientes sucesos aludidos”

Las tendencias, las epidemias, la moda, las ideas, la emergencia de las escuelas y los géneros artísticos, todos siguen esta dinámica del cisne negro. Lo decíamos ya en CONTRADANZAS (CEA-UNC 2004): “Hoy existe un profundo sentido de la irrealidad, tanto en la política como en la economía. Esto supone que lo axiomático no encaja en nuestra realidad, y eso es lo que da un aire surrealista a nuestro trabajo y nuestras vidas”

Debilidades del análisis estratégico

Lo que sostengo es que los desarrollos o argumentos se centran demasiado en   detalles o en la incorporación de un exceso de información, lo que   genera   una débil apreciación del significado de los diferentes hechos por carecer de pensamiento crítico y de una visión sistémica para encuadrar los acontecimientos dentro de un proceso. Esto redunda en la incapacidad de visualizar los elementos significativos, que son los que pueden producir cambios disruptivos en las sociedades en las que nos insertamos, en nuestra industria, en nuestra organización y, por supuesto, en nuestras vidas.

La lógica que esbozamos señala   la   necesidad    de que reflexionemos   sobre lo que no sabemos, dentro de un proceso de indagación que nos permita evaluar su valor posible, en relación a lo que suponemos que sabemos. En función del desconocimiento de la vinculación de lo que se supone que sabemos con lo que no sabemos (lo que implica una actitud crítica) es por lo que precisamente el o los sucesos se producen, dado que no se espera, puedan ocurrir.

Pensemos en un ejemplo concreto. En Argentina, la huelga de los propietarios del campo (2008) durante 23 días, tomando caminos y desarrollando acciones de lock out: ¿era esperada? Si hubiese sido esperada, ¿el gobierno hubiera tomado las medidas fiscales de incremento de las retenciones en la forma que lo hizo? ¿Acaso cuando comenzaron las acciones alguien pudo pensar que podían modificar relaciones de fuerza? a partir de los logros del 1r período del gobierno K?  “Toda explicación o derivada posterior es sólo ex post”.

Observemos que lo que ocurrió es interesante, porque se corresponde con un clásico juego estratégico, juego que para este caso demostró que la información   y apreciación de la situación que manejaba el Gobierno resultaba muy débil. Esto visto en sus consecuencias.

La incapacidad de predecir lo que no sigue la lógica de la estabilidad del proceso en el que estamos insertos constituye una seria debilidad en la elaboración del pensamiento estratégico clásico. Un caso paradigmático:  la línea Maginot como línea de defensa de Francia, atento a la experiencia de la 1ra Guerra, que por supuesto no sirvió para detener la ofensiva alemana en la 2da. El supuesto implícito de hecho era: “Las condiciones serán las mismas que vivimos” Por eso el pensamiento estratégico requiere de mucha imaginación y trabajo de equipos sumamente abiertos y de carácter horizontal.

El concepto estratégico que subyace es el de centrarse al máximo en reconocer las oportunidades cuando se presentan, y potenciar las habilidades propias o adquiridas, atento la dinámica de cada sistema. De esto se colige: las posibilidades de repuestas a los indicadores claves, se encuentran fundadas en la preparación para el desarrollo de la capacidad de aprendizaje a partir de identificar las variables críticas. Al respecto, Nicolás Taleb sostiene:

“Muchas cosas pueden venir funcionando muy bien, hasta que… inesperadamente dejan o deja de funcionar, y lo que hemos aprendido del pasado resulta ser, en el mejor de los casos irrelevante o falso y, en el peor brutalmente engañoso”

Esto ocurre entre otros factores porque:

·         “Nos centramos en segmentos preseleccionados de lo visto, y a partir de ahí generalizamos en lo no visto” (error de confirmación).

·         Nos comportamos como si los efectos disruptivos no existieran.

“Las páginas de Economía, Política, Ciencias, Libros, Cultura, Religión, Policiales, se reparten proyectos como si tal cosa. El más pequeño virus del sida hace que uno pase de sexo inconsciente, al África, a los cultivos de células, al ADN, a San Francisco”.   Pero, todos vamos a recortar la fina red que dibuja el virus en compartimientos estancos mientras la complejidad se acrecienta. (Bruno Latour-Nunca fuimos modernos)

Los desafíos

Prepararse para esta difusa realidad, nos impone el desarrollo de una visión de carácter escéptico y una plena   conciencia   acerca de lo falibles que somos. De ello la imperiosa necesidad de poner en cuestión los modelos mentales prevalecientes, si es que se quiere no solo sobrevivir sino crecer.

·     *Dr. En Ciencia Política (UNC-CEA) Editor del Blog. Miradas Políticas y otros enfoques.

 

 

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