ENSAYO SOBRE DEODORO ROCA - Escritos sobre la Universidad


Fuente:

DEODORO ROCA
ESCRITOS SOBRE LA UNIVERSIDAD


Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba. (2007)
Ciencias, Maestros y Universidades
1915


Junio, 2018

Por Prof. Doctor Eduardo Dalmasso

Discurso en representación de los graduados, pronunciado en el acto de colación de títulos en la universidad cordobesa, el 8 de diciembre.

“Una de las mayores ventajas de la Ciencia es, por cierto, la que permite utilizar a los espíritus mas modestos. El arte no soporta jamás la mediocridad. La ciencia se vale frecuente y subalternamente de ella……” (Pág. 64)

“No debe proclamarse como se proclama en tantas partes la bancarrota de la ciencia sino la del cientificismo. Sólo ella puede salvarnos de los males que nos circundan. Lo que hace falta es depurarla y hacerla coherente: adaptarla a las necesidades totales de la civilización…..” (Pág. 64)

“La ciencia en definitiva no es otra cosa que la experiencia de la humanidad hecha sistema, orden, claridad, armonía. Para la ciencia debe haber una discreta asociación de los espíritus. Sin duda que un número reducido de dominadores será siempre necesario” para……” (Pág. 64)

“La bancarrota mas seria de la edad contemporánea es la bancarrota de la moral. La guerra actual da la evidencia de todos los fracasos. Si las inteligencias se han desprendido de los dogmas, el entusiasmo propio de las religiones debe entonces desplazarse en las doctrinas científicas y sobre todo en las creencias morales y sociales……” (Pág. 65)

“En la Ciencia  Humanizada, pragmatizada, encuéntrase el verdadero remedio para todos los males. Por eso pienso que en las Universidades está el secreto de las grandes transformaciones (...) por eso pienso que no deben ser escuela de solo profesionales……” (Pág. 66)

“Quien sea incapaz de sobrepasar un instante a su misma individualidad es en realidad un impotente……” (Pág. 66)

“El tiempo de los grandes hombres se va y llega la época de los hormigueros y de la vida múltiple…...”  (Pág. 67)

“Se acentúa la crisis de todos los valores. ¿Estarán revisándose de verdad o se realizarán tristes profecías? ¿Se estarán cumpliendo acaso las viejas palabras de Amiel? “Se ve que comienza en todas las cosas la era de la mediocridad……” (Pág. 67)

“El único maestro cierto que existe es, por otra parte, caprichoso: se llama Azar. Entre nuestros mismos escritores las pocas individuales originales son, ciertamente, autodidactas…” (Pág. 69)

“Uno de los mas grandes males que padecen las democracias americanas es el desarrollo de la burocracia (…) El Estado lo es todo. La iniciativa individual no es nada……” (Pág. 70)

REFLEXIONES SOBRE EL DISCURSO:

            Deodoro comienza este discurso de la siguiente manera: “Erraba en la mañana de este día una musa graciosa y fresca. Un aliento de juventud brotaba de la tierra recién amanecida, y el aire, - dulce y vasto- vibraba el sol como una limpia canción de primavera. El parque inmediato lleno de misterio y murmullo acentuaba su fina arquitectura. Sobre la charla pueril de las cosas (...)”. Deodoro, no habla solamente del concepto de Ciencia o de pensamiento social. Él, discurre sobre la belleza. Para ello utiliza, a nuestro parecer, el lenguaje propio del modernismo. Un canto donde lo estético, le sirve de puerta de entrada para discurrir con sus pensamientos sobre temas a los que vuelve una y otra vez. No utiliza el lenguaje severo o esquemático del pensamiento profesional, aunque este responda al de la academia derecho (siempre más extenso que en otras disciplinas), sino que acude a un marco estético. Como si quisiera disfrutar de su cultura, y transmitir a otros una impronta de creatividad.

            Luego, el discurso se subsume en lo que a él lo caracteriza:    acepta que la ciencia requiere de un método y un esfuerzo que no necesariamente brilla, pero cuando se trata de crear, la creación no acepta la mediocridad.

            Ya en este discurso, plantea que no acepta que la Universidad sea solamente escuela de profesionales. Expresa el horror por la pérdida de rumbos de la civilización ante la guerra, discurre sobre la necesidad de combatir el cientificismo y la importancia de rescatar preceptos morales y éticos que preserven a la sociedad de la barbarie.  Cabe aclarar que no utiliza la palabra barbarie,  pero esta subyace en sus descripciones y sus sentimientos de pesadumbre.

            Toma a la institución universitaria como fuente de transformaciones. Exige que sus miembros trasciendan sus intereses individuales. Es claro que no soporta a aquellos que sólo piensan en lo inmediato y propio. Expresa su terror por la mediocridad y plantea la pérdida o carencia de valores, como reflejo de una sociedad que deja de expresarse como solidaria y progresista. Por cierto 1915, constituye el cenit del proceso de crecimiento iniciado en los 80.

            Deodoro rescata a los autodidactas como una forma de expresar su disconformismo con la formación de la académica. Visualiza a las burocracias como un espejo de lo que no quiere. Subyace en su crítica, la visión de una falta de profesionalismo y una lentitud para la acción que inhibe a los creadores de riqueza o del arte.

            Él era un hombre muy joven, tan vehemente como esforzado pensador. Sostenía: “Quien sea incapaz de sobrepasar un instante a su misma individualidad es en realidad un impotente (...)” (Pág. 66). Pareciera, ya en este discurso, que pretende una sociedad en donde la élite exprese un pensamiento abarcativo, progresista y generador de realizaciones para el conjunto social. Todo lo compendia en “creencias morales y sociales”, como fuente de realizaciones.


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