LÍDERES DE NUESTRO DESTINO - La educación humanística y la condición humana

LA EDUCACIÓN HUMANÍSTICA

 Y LA CONDICIÓN HUMANA

La responsabilidad de liderar nunca será una tarea simple, hay aceptar lo complejo como propio del sistema socio técnico en el que estamos involucrados.
Diario Alfil - 12 abril, 2018
Por Prof. Doctor Eduardo Dalmasso
Toda persona es parte del mundo y, a su manera, influye en él; hay una relación dialéctica entre el hombre y sus circunstancias (Ortega y Gasset). A partir de ello, cada uno construye su destino. La responsabilidad de liderar nunca será una tarea simple. Justamente el motivo de este escrito es aceptar lo complejo como propio del sistemasocio técnico en el que estamos involucrados. Tomemos consciencia, que esta complejidad se agudiza cuando se incorpora la condición humana.
Los griegos trabajaron mucho esa realidad, la describían como tifón o peste, se referían sin duda, a las características contradictorias e incluso salvajes del ser humano. La condición humanacomo contra réplica de la paz del mundo que los Dioses habían logrado,exigíaal ciudadano de la Polis su contribución a la armonía y equilibrio de la vida social, para evitar no sólo la destrucción del otro, sino la propia destrucción. Por esta concepción, Aristóteles se extiende sobre la importancia del ciudadano virtuoso para el buen gobierno.
Sócrates nos pone sobre aviso de esta comprensión de lo humano cuando ubica al hombre cara a cara con una fuerza de conmoción y aniquilación. Cuando menciona a Tifón, el titán que está por derribar a los Dioses y barrer el Olimpo, este inquisidor señala que no se interesa por la belleza literaria de la fábula ni por el significado meteorológico o físico del mito, sino en la importancia de escrutar la imagen desorientadora de esta criatura caótica, e interrogarla como uno lo hace ante un espejo: “Si acaso soy una fiera más complicada e inflada de orgullo que Tifón, o si quizá soy un animal más pacífico y sencillo que participa por naturaleza de un destino divino y libre de orgullo”.
Empleando la visión de la propia Mitología: Tifón, el hijo  de la tierra –GEA y del Tártaro (el mundo subterráneo)- selanza a una lucha a muerte contra la estabilidad del cosmos y pierde la batalla. A propósito de esta derrota Sócrates anuncia que es imposible que el mal desaparezca, por lo que necesariamente siempre habrá un ¡contrario del bien! (en Fedro).
Por esta razón, el desafío de liderar implica mucha fuerza interior para sostener la vocación de  servir y lograr que el bien prevalezca en su corazón. Desde nuestra mirada, esto sólo es posible  si previo  el  líder ha ganado su propia batalla, o sea que predomine en él una genuina alegría de vivir- supremo logro-, que anuncia la tranquilidad de espíritu necesaria para afrontar el error. Un  auténtico líder tiene como norte la dignidad de las personas, de la vida cívica y, para esto sin duda, un claro y esforzado autoconocimiento con el fin de administrar sus emociones. 

A propósito de  la responsabilidad del líder
Podríamos decir que un hombre libre es el que ejerce obediencia de sí mismo (Autoliderazgo).El autoliderazgo implica la madurez de decidir lo coherente para su satisfacción más íntima. De esto que los líderes auténticos asumen la responsabilidad de ir creando las condiciones (medios) para lograr el crecimiento progresivo en su dignidad de los miembros de la comunidad(cualquiera sea),de forma que la vida de relación y sus consecuentes responsabilidades sean  asumidas como parte esencial de lo mejor de la condición humana.
Es claro que lo que señalamos como objetivo fundamental para la vida de la polis, se debiera trasladar a toda organización humana. En suma, la vida de la polis trasunta en gran parte la cultura de las organizaciones.
De la digresión efectuada para rescatar la imperfección del hombre como eje fundamental de las dificultades de gobierno, es importante nos planteemos que más allá de la rigurosidad que se exige del líder, es fundamental la escala de valores y principios de acción que guíen sus pasos: Kosovo, el exterminio Tutsi, las guerras mundiales, las Torres Gemelas, la corrupción imperante en algunos de nuestros países, el tráfico de drogas, la disipación financiera, las crisis políticas, hacen de remedo de un espejo gigante. Esto significa que es necesario hablar de Educación y Cultura, como ejes de la lucha contra el error o el mal. La lucha por la virtud es y será ¡infinita!
Nicolás Maquiavelo, que sabía de la condición humana, la abordó a su manera privilegiando la figura y el éxito del Gobernante para darle paz y seguridad al Estado de Florencia y trabajar por la unidad de Italia. Todos sus planteos se basaban en la realidad que él apreciaba, no en la posibilidad de cambio dela misma. Nuestro escrito no desconoce los fundamentos de sus  recomendaciones de gobierno, sólo que nuestra preocupación es el cambio hacia una vida más plena en lo individual y social y esto nos exige otro nivel de consciencia.Por cierto esto es un proceso, y esto exige liderazgos consecuentes.

 Sobre aprendizajes, ¡fundamentales!
Con ese objetivo, desarrollamos una serie de consideraciones que indiquen un camino posible a las transformaciones culturales y educativas, a partir de aceptar que nuestra vida social no puede prescindir del pensar en términos ecológicos. Todo el género humano enfrenta los mismos problemas de vida y muerte, y comparte el mismo destino.
Lo primero, aceptar que los seres humanos, por nuestra estructura, no podemos saber cuál es la verdad. Lo único que está al alcance es decir cómo es que vemos las cosas. En esto inciden  nuestras características cerebrales, mentales y culturales que intervienen en los procesos de elaboración de la psiquis.
En definitiva, debemos instruirnos en que no hay observaciones que sean independientes de los espectadores. Por esta razón, nuestro modo de pensar debería tener en cuenta:
  • Mis opiniones dependen de mis datos, razonamientos, emociones e intereses.
  • Mi pensamiento filtra mis percepciones y condiciona mis interpretaciones.
  • Mi punto de vista es siempre parcial.
  • Mis creencias son sólo descripciones factibles de la situación.
  • Siempre existe la posibilidad de que esté equivocado.
  • Las restricciones son incentivos para aguzar el ingenio. Los errores son oportunidades de aprendizaje dignos de investigación.
De lo anterior se desprende la importancia de aprender a pensar en términos sistémicos para poder ubicar toda información dentro de procesos de realimentación e influencias confluyentes no fácilmente visibles (Peter Senge).
Se trata de reflexionar sobre la experiencia y cultivar el intelecto para poder definir las variables relevantes, sus procesos e interrelaciones. Esto exige a partir de que lo social y tecnológico configuran hechos complejos, la predisposición a revisar los modelos en uso para adecuarlos en función de los factores aleatorios que perturben o hayan perturbado su funcionamiento. Insistimos en la búsqueda del error, a partir de ser conscientes de nuestra falibilidad. Por eso de que las decisiones una vez adoptadas ¡¡caminan solas!!
De hecho, en la condición humana, se integra lo físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico; diferentes sí, pero con el mismo nivel de dignidad, y como bien hace énfasis Edgard MorinTenemos que aprender, por ejemplo, que los seres humanos somos mamíferos y que, por lo tanto, somos animales que vivimos en la emoción. Pero las emociones no son restricciones de la razón, sino ámbitos que definen nuestras acciones. Dentro de esto, aprender a vivir en la emoción del respeto al otro, porque “el amor es la única emoción que expande la inteligencia”.
Es importante que aceptemos que la incertidumbre es la regla de nuestra existencia (Nassin Taleb), y que la certeza como concepto es una quimera.Esta realidad nos lleva a dos consideraciones: Aceptar la incertidumbre como constituyente de lo maravilloso de la vida, porque nos pone a exigirnos el ejercicio de la imaginación y la creatividad. La segunda es que una parte clave de nuestra educación, es el aprender a desenvolvernos como estrategas para poder enfrentar los riesgos. Esto nos llevará a ponderar diferente, la apreciación de lo que no sabemos y a trabajar con escenarios a conciencia de su precariedad. De esto, nuestra insistencia en la importancia de estar atento al error.
En este camino de crecer como personas y sociedad, es fundamental enseñar la comprensión entre humanos, tanto con aquellas personas que son próximas como con aquellas que son lejanas. Para eso es importante aprender a comunicarnos bien; aprender a escuchar, no descalificar a nadie por no pensar como nosotros; a ser empáticos, es decir, escuchar al otro “desde el otro”, no desde nosotros. El líder que visualizamos, ejerce su influencia, como símil de un maestro ejemplar, generoso, seguro y a la vez comprensivo; de ello su necesaria actitud para negociar, dado que la negociación es el instrumento  fundamental  para lograr persuadir y sumar, teniendo en cuenta que todos somos diferentes y con intereses distintos.
En todo nuestro discurso subyace el concepto de ética, pero con la convicción de que la repuesta a este valor no deviene del sistema educativo, al menos de las enseñanzas formales;  el ejercicio de la ética responde a una concepción de la moral, que se define por los valores predominantes a nivel social.
“La moral de cualquier individuo y de cualquier grupo es un estado de espíritu resultante de lo que se ve hacer y de lo que se practica en un medio determinado, no de la comunicación docente. Para decirlo en dos palabras, la moral es fruto de una enseñanza, y por lo tanto no puede constituir la enseñanza misma” (Lugones L.). Esto sin desconocer que el espejo de los líderes se torna fundamental para el logro del cambio hacia valores superiores en la vida de un pueblo.
Cuando ese espejo nos devuelve una imagen opaca, sólo la consciencia de su significado destructivo podrá revertir los comportamientos que impiden el desarrollo de la virtud ciudadana. Este es un aspecto esencial a rescatar en la vida universitaria por lo que produce y significa en el desenvolvimiento de los líderes que emergen de la misma como privilegiados interpares. Decimos la vida universitaria, porque en ella el educando está en pleno proceso de madurez y los ejemplos e ideales encuentran en él mismo, una fuente fértil para crear nuevas y mejores condiciones de abordar y alinearse con los cambios que una sociedad progresista demanda. 

Los desafíos emergentes del mundo de la Ciencia y la tecnología
Nos hemos detenido enlos valores que la cultura cívica requiere, pero es necesario que planteemos otras repuestas que el sistema educativo y la universidad en particular debieran atender. Al respecto, nos valdremos del razonamiento deZigmunt Bauman:
En el momento que los misiles balísticos comienzan a moverse, su dirección y la distancia de su trayecto han sido ya decididas por la forma y por la cantidad de pólvora que tiene su armazón. Se puede calcular el lugar en que van a caer sin margen de error o mínimo, y se puede elegir otro lugar cambiando la dirección del cañón o cambiando la dosis de pólvora.
La educación tradicional, que nos prepara fundamentalmente a través de la capacitación memorística y la resolución de problemas estructurados, se podría asimilar por su estructura y proceso al concepto de eficacia y eficiencia de la descripción de los misiles. Cabe destacar que, aún en el mundo del s. XX, cuando ese proceso no reunía características de exigencia, calidad y creatividad, los resultados eran muy pobres en términos de adaptación a la vida del trabajo.
En  los primeros misiles, las cualidades que destacamos hacen de ellos armas inútiles una vez que los objetivos, no visibles para el artillero, comiencen a moverse. Muy en particular, si estos destinos se mueven a más velocidad de la que los misiles son capaces de alcanzar. Los proyectiles resultan aún más inservibles cuando los objetivos se mueven de forma errática, de un modo impredecible que desbarata los cálculos preliminares requeridos.
Observemos que se hace necesario un proyectil moderno e inteligente, que pueda cambiar su curso en pleno vuelo en función de las circunstancias actuales del vuelo. Que sea capaz de detectar al instante los movimientos y de extraer, de ellos, toda la información que necesite saber sobre su dirección actualizada y su velocidad. Además, resulta necesario que, partiendo de esta información recabada, el misil sepa extrapolar el lugar exacto en que se encuentren las dos trayectorias.
Está claro que, para el filósofo, estas municiones pueden tener que tomar cualquier derrotero y tendrían que tener capacidad para reunir y procesar la información de forma inteligente y adaptativa.
De esto surge que la habilidad esencial de la nueva etapa educativa, es el lograr que los educandos tengan suma habilidad para aprender por sí mismos rápidamente. En definitiva, lo que este mundo surrealista requiere y exige es una revolución en la academia, sólo que sin esta revolución, los destinos y el progreso serán muy difíciles de sostener. Nuestros líderes tienen en este proceso el mayor de los desafíos.

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