LIDERES DE NUESTRO DESTINO - Deodoro Roca, un símbolo de los desafíos de la hora actual

DEODORO ROCA,

UN SÍMBOLO DE LOS DESAFÍOS DE LA HORA ACTUAL

                                                                                                Dr. Prof. Eduardo Dalmasso

La universidad sólo se justificaba si se constituía en generadora de una inteligencia social en permanente ebullición.

La primera década del siglo XX, no transcurría como el mito de la argentina de las mieses y vacunos por doquier relata. La primera década anterior y posterior al centenario, desnudaba cruelmente los resultados de una política inmigratoria sin control y el descontento social de los trabajadores del campo y la ciudad. Intentos de asesinato del presidente Quintana, la muerte del jefe de policía y la existencia de huelgas salvajes marcaban las contradicciones de una economía argentina que como un todo era próspera, sí. Pero dependiente. Me remito al respecto a los escritos y discursos de Ricardo Rojas y del propio presidente Roque Sáenz Peña, autor de la ley electoral que abrió el camino a la democracia ampliada. El problema de la identidad nacional, un tema central.

Y Córdoba: Córdoba una realidad sofocante en términos políticos, un menor grado de avance en términos de progreso económico y un férreo control de los sectores conservadores. El espacio liberal que había contribuido a forjar el Roquismo, en retroceso o a la defensiva a partir de la caída del Gobierno de Juarez Celman. Los importantes avances de modernidad logrados en el momento de predominio liberal, frenados ante la necesaria negociación que los sectores más lúcidos en relación a una concepción de progreso, estaban obligados a realizar. Un caso paradigmático Miguel Ángel Cárcano. (2013-2016).

¡Córdoba Libre!
Dentro de esa realidad emerge una Asociación “Córdoba Libre” constituida por un grupo de liberales muy anticlericales, dispuestos a dar lucha al atraso que ellos simbolizaban en su crítica a la mentalidad jesuítica. Ese grupo creía que un instrumento fundamental para reencauzar las instituciones hacia una democracia plena y la libertad del ciudadano, era la Universidad a la cual la consideraban anacrónica, atrasada y contraria a las necesidades de la república. Su cometido era erradicar de la misma a la Corda Frates. Cuando los estudiantes por reivindicaciones propias comienzan a cuestionar el orden vigente, la Asociación Córdoba libre estará siempre presente en todos los actos de rebeldía y cuestionamientos. ¿Que pretendían los actores de la Gesta?
Esto: que la Universidad se transformara en la dirección cultural y ética de la sociedad. Para éstos líderes, la institución debía insertarse en el proceso de modernización, generando un saber crítico y educando en sus aulas no solo profesionales, sino a los intelectuales modernos que debían organizar la hegemonía cultural, ideológica y política.
Para Deodoro Roca: la universidad sólo se justificaba si se constituía en generadora de una inteligencia social en permanente ebullición. En sus discursos, el horizonte se define por el logro de una sociedad crecientemente justa y cultivada. Una sociedad democrática con plena conciencia de su libertad y con la autonomía suficiente para no caer en el comportamiento de las multitudes.
Para ese logro confiaba en la impronta del sistema educativo, pero fundamentalmente en la generación de valores integradores que tomarían los líderes sociales y políticos que vivieran intensamente la vida universitaria que él tenía como norte. Hombres estudiosos, que buscaran cultivarse, creativos y con la mirada puesta en la elevación de vida del pueblo. Entiendo que buscaba la afirmación del individuo, desde su concepción libertaria, por lo que desconfiaba de la burocracia y planteaba la necesidad de la creatividad autóctona, o sea adversaria del pensamiento colonial, aunque inserta en una concepción de lo que acontece en el mundo.

¡La Universidad como fuente de transformaciones!
Deodoro piensa a la institución universitaria como fuente de transformaciones. Plantea permanentemente que el universitario como futuro líder, debiera trascender sus intereses individuales. Se siente molesto sin disimulo con aquellos que solo piensan en lo inmediato y propio. Expresa terror por la mediocridad, porque considera que esta lleva al retroceso social y se pierde el horizonte del mérito como sustento del progreso que él y sus compañeros de lucha anhelaban para el futuro de Argentina.
Para su pensamiento, toda argumentación que no se funda en valores de solidaridad, libertad de pensamiento, respeto y osadía, ya sea científica o humanística carece de sentido universitario.
Su amor por la Universidad, no le impedía respetar a los autodidactas como expresión máxima de la voluntad por la dignidad, pero su preocupación estaba en cómo lograr nuevos comportamientos y proyección del conocimiento intra y extra esta Institución. Como autor principal del Manifiesto liminar, plantea en este documento fundacional, que no acepta que la universidad sea solamente escuela de profesionales:
“Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes”
Deodoro sistematiza de forma erudita en sus discursos, a los pensadores que han sido capaces de romper con un orden intelectual que se caía a pedazos. (Korn, Taborda, Ingenieros y otros) El trasunta la riqueza intelectual de todos los que de forma iconoclasta planteaban nuevos caminos. Esto a partir del reconocimiento de la importancia de la autonomía intelectual y la búsqueda de un destino común con los hermanos latinoamericanos. Momentos de efervescencia que el sintetizaba muy bien.
Para él, conocer y comprender la cultura universal era reconocerse en el mundo, pero lo fundamental el aprender a pensar por sí mismo y ejercitar sin desmayo el sentido crítico. De ello su firme no, al pensamiento dogmático y su espíritu libre siempre relevante en sus escritos.
Deodoro, enaltece la meritocracia y por esa misma razón aborrece las diferencias que no sean por consecuencia del mérito, y esto lo expresa claramente en Universidad y el espíritu libre:
“De ahí esa ignominia que separa, desde los primeros bancos de la escuela, a los hijos de los pobres de los hijos de los más ricos; de ahí esa prolija enseñanza unilateral y sólo calculada que se insinúa en la ramazón de las clases”.
Con la palabra apuntes, Deodoro sintetiza la mediocridad y la falta de autonomía intelectual más la deshumanización de la relación estudiante-maestro. Sintetiza el estado que él visualiza en la universidad argentina: profesores y alumnos que repiten las preguntas y respuestas preconcebidas. Un aspecto clave del enunciado del Manifiesto es la correspondencia entre lo que da la universidad y el comportamiento de la sociedad:
“Las Universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático”.
Deodoro, al igual que Rodó e Ingenieros, cree en la juventud, la ve a salvo de prácticas políticas que detestaban por su permanente abdicación de ideales el espíritu clientelar. Al igual que el filósofo Korn, plantea la alta responsabilidad de ser estudiante, pero pone un énfasis que suena también a un reclamo vital, de ello que el Manifiesto expresa:
“La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo, aún, de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando”
En el mismo tenor, su aseveración respecto de que la autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando:
“Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil, y por consiguiente infecunda.”

¡Advocación!
La advocación a Dedoro, como Líder de la Gesta Reformista, es un llamado a retomar el espíritu del 18. Nunca más oportuno, el discurso en el salón de Grados, de la brasileña, Doctora Honoris Causa de la UNC. Dra Ana Lucía Gazzola:
“La Reforma del 18, es pasado, es presente y es futuro, para todas las Universidades Públicas latino americanas”.

                                                                                *Prof. Doctor en Ciencia Política de la UNC

27 abril, 2018 Facebook Dr. Prof. Eduardo Dalmasso

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