¡HABLANDO DE LÍDERES!
¡HABLANDO DE LÍDERES!
Por Eduardo Dalmasso. *
¿Acaso todas las personas pueden ser
líderes?
“Si, por supuesto. Sólo necesitan saber
reconocer y trabajar a conciencia sus talentos. Estoy convencido que todos
tenemos la capacidad para incidir en terceros y lograr cambios positivos,
incluso durante los tiempos de mayores retos. Siempre que el aspirante a líder
no imite, sea fiel a sus convicciones y esté dispuesto a realizar los esfuerzos
que exige el rol, adecuado a su perfil de personalidad”.
Yo no desconozco que esta
afirmación sorprenderá a muchos. Pero eso ocurre cuando solo pensamos en
la imagen del líder clásico, ya sea en el campo empresarial, militar o político. Pero pensemos en la figura de un César Milstein
o en la de Federico Leloir directores de investigaciones que los hace acreedores
de un premio nobel e innumerables seguidores de sus caminos científicos.
Por supuesto asociamos el concepto de líder
con la persona capaz de influenciar acciones hacia metas superadoras. Caracterización
que no agota el concepto de liderazgo pero que define su rol. Pero lo primero,
es darnos cuenta que existen distintos tipos de liderazgos y de personalidades
que lo sustentan. En consecuencia: la forma de influir será diferente según el
equipo y las situaciones que le toquen enfrentar.
Lo que sí podemos aventurar, es que la mayoría
de ellos: se conocen en profundidad, reconocen sus valores, sus fortalezas y
debilidades, y sobre todo, trabajan su autoestima como fuente de la seguridad
que necesitan esgrimir en sus acciones y
en la fundamental irradiación de energía hacia un horizonte que sus seguidores
harán suyo.
Personalidades con gran capacidad de
resiliencia, que sustentan una visión y que acuden sin temor al uso de las
herramientas que pudieren necesitar. ¿Está
claro? Sus herramientas serán sus
instrumentos, pero de ninguna manera la fuente de su liderazgo.
La personalidad del líder tal cuál la hemos
caracterizado en artículo anteriores (ALFIL DIARIO. Hablando
de Líderes 01-10-021)) define su potencialidad. Tal es así que el conocimiento
de campo es una condición necesaria, pero de ninguna manera suficiente.
Podemos señalar
algunos aspectos claves:
Un líder motivado y entusiasta, a partir del
dominio del campo específico en el que desarrolla sus actividades, entusiasmará
a los que se integran a la acción, guiándolos hacia la excelencia y hacia la
responsabilidad que requiere alcanzar los objetivos.
Un líder es tal, cuando logra despertar sueños
desafiantes en sus seguidores. Esto me lleva a indicar, que un liderazgo se
revela cuando es capaz de influir, persuadir y alentar en una línea de acción,
dentro de un campo determinado. Por ejemplo,
Constancio Vigil, entrenador de Las Leonas o Pepe Guardiola, famoso entrenador
de futbol; en otro orden Vanesa Durán líderesa de una empresa con 18.000
agentes, o los lúcidos conductores de las exitosas empresas de software de
Córdoba o del país y que me guardo de nombrar para no ser injusto.
Pero si bajamos a otro nivel, también son
líderes extraordinarios esos jefes de área o de equipos de trabajos que logran
gracias a su talento y dedicación: sus dirigidos
se sienten felices de trabajar en la organización de la que se
trate. Sucede cuando son reconocidos y alentados a crecer y avanzar sobre los
desafíos que su líder les presenta, además de ser guiados hacia un proceso de
autonomía creciente.
Vale
decir: personas cuya autoestima y posibilidad de crecimiento dentro
de un ambiente de colaboración y desafíos son estimulados a ser cada vez
mejores. No dudo que en otra dimensión
el genio de San Martín o de Napoleón Bonaparte, se inscribían
en la misma línea. Lo que sí cabe destacar, es que en
todos los casos el marco para la acción se define siempre en la claridad de la “misión”
a cumplir valores a respetar y la claridad estratégica que define el rumbo.
El mundo que en
que vivimos:
El mundo hoy, es surrealista y avasallante por
la magnitud y rapidez de los cambios. Los mismos ejercen una presión que puede
hacer perder el equilibrio a cualquier líder que no cuide su vida
emocional. Imaginemos la situación de
empresas como Twitter enfrentando disyuntivas de sumo riesgo en función del uso
de sus redes por un Trump sin límites éticos y la necesidad de mantener su
valor accionario. Expulsar al presidente de los EEUU de forma permanente nos habla
de audacia, pero también de la comprensión de un cuadro de situación que
requiere una rápida capacidad de reacción. Esto fue y es para Twitter, pero
también para líderes políticos como lo pudimos apreciar en el ejemplo de Merkel
(Alfil Diario. 01-10-021) y que decir entonces, de los reflejos que
demanda la incertidumbre propia de la realidad de Argentina. Las Pasos no dejan
de ser un buen ejemplo. ¡Claro, garantías
no existen!
*Dr. en Ciencia Política. Profesor de posgrado universitario
en desarrollo de líderes y análisis estratégico. Editor del Blog: Miradas
Políticas y Otros enfoques. Su último libro “1918. Raíces y valores del
movimiento reformista”
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